La bicameralidad es uno de los grandes cambios que se vienen de cara a las elecciones del 2026. El próximo Congreso estará conformado por dos cámaras, una de 130 diputados y otra de senadores, integrada por 60 legisladores. Este cambio es producido por una de las reformas constitucionales más importantes para la Constitución peruana actual. Ante ello, para entender mejor cómo funcionará esta figura, El Reporte conversó con el constitucionalista y hoy embajador de Perú en Costa Rica, Carlos Hakansson, para comprender los mayores cambios que este cambio trae a nuestro texto constitucional.
¿Es la bicameralidad el retorno a ciertas raíces de nuestra República?
En el plano de la tradición, aunque puede ser una palabra muy ambiciosa para un país que ha tenido doce constituciones, podríamos decir que la historia del derecho constitucional peruano realmente se inicia con la Constitución del 93, por la cantidad de jurisprudencia que tiene. Lo que ha existido antes son historias de los textos constitucionales peruanos. Entonces, esto de alguna manera puede cambiar el discurso, porque durante la mayor alternancia democrática en nuestra historia, el Parlamento ha sido unicameral, lo cual no significa que sea bueno o malo, tampoco hay que satanizar el tema de la Cámara Única, Suecia tiene una Cámara Única, mientras Rusia tiene dos cámaras. Entonces, no es que se hace ni más ni menos democrático. En la historia de los textos constitucionales peruanos, siempre existía una vocación bicameral, salvo contadas excepciones (1823,1826 y 1867), que por cosas de la historia, en el año 93, cambia. Pero irónicamente es la Constitución que mayor desarrollo jurisprudencial ha tenido con un Parlamento unicameral que se ha sostenido en el tiempo, lo cual no significa que no se pueda cambiar. Estaría mal pensar que la bicameralidad va a resolver todos los problemas políticos entre las relaciones de ejecutivo y legislativo, porque eso no es así.
¿Fue un error en la Constitución del 93 eliminar la Bicameralidad?
Creo que cuando se dio el golpe, se intentó por la vía de facto, realizar una serie de cambios y se dieron cuenta que no se podrían lograr sin retornar, por ejemplo, bajo la constitucionalidad, de la mano de una nueva Constitución, que se ajustara a los cambios que se querían plantear, y no se puede solamente signar al gobierno que fue el que dio el golpe de Estado, sino también a la clase política que concursó para la nueva Asamblea Constituyente. Hay un acuerdo para entrar a la Asamblea Constituyente, y eso también implicaba, pues, los cambios que se tenían que hacer bajo el retorno a la democracia, implicaba, para sus gestores, un parlamento que tenga una sola Cámara para que se pueda aliar solo con uno y no con dos.
Constitucionalista señala que la bicameralidad traerá grandes cambios.
¿Es factible que se soliciten más requisitos para aquellos que quieran ser senadores?
Bueno, es parte de un debate sobre la materia. La Constitución chilena exige que al menos cuenten con secundaria completa. Las diferencias que puede mantener una cámara a otra estaban asignadas por el criterio de representación que tiene cada una. Entonces la Cámara de Diputados puede representar a la Nación bajo un sistema, que hasta la fecha es el proporcional. Y ha generado que el Parlamento termine atomizándose en muchas bancadas. El Senado representa las regiones, entonces, hay un criterio territorial. Habría que estudiar la fórmula en que, por ejemplo, poder llegar al Senado, sin que sea discriminatorio. Para eso necesitamos partidos con arraigo, con líderes, que tengan un ideario, que puedan ser identificados con los intereses del pueblo. Entonces, lo que se ha optado es por un Senado con lugar único, en el cual quizá los políticos mayores o más mediáticos puedan ganar un curul en el Senado.En cualquier caso, esta forma es la que ha tomado el Congreso, la bicameralidad actual, debería ser temporal. Para mí, una reforma de Estado, una reforma política importante, pasa necesariamente por un ajuste en la descentralización, en la forma de Estado, concretamente. Porque el país tiene que encontrar su camino en la forma de Estado.
¿Se deben presentar reformas para una mejor forma de fiscalizar al legislativo a nivel popular?
Hay una gran desinformación por ambos lados. Incluso una grande, como dice el politólogo Carlos Meléndez, una gran desafección política a lo mejor parte de los ciudadanos. Es cierto sobre las capacidades que puede sonar duro, pero el Parlamento como tal, es una fotografía del ciudadano y del ciudadano prototipo peruano en todas sus dimensiones. Hay muchos que han llegado al Congreso por la fuerza del voto, pero que no tienen las condiciones para ser parlamentarios. Y luego, lo peor, hay un grupo que sí representa dentro del Parlamento y hay un grupo que sí vive la representatividad dentro del Parlamento. ¿Quiénes son? Los antimineros, los cocaleros y los filoterroristas. Esos siguen, te aplican muy bien la representatividad, representan muy bien los intereses de las personas que han votado por ellos. Entonces, la representatividad de los partidos que uno puede conocer, de todos estos, es una representatividad bastante menos fuerte que la de los otros.
Y ahora los candidatos a la presidencia también podrán ser candidatos al Senado.
Bajo la Constitución de 1979, el candidato al presidente podía ser también candidato al Senado. Pero para un país que no tiene un sistema de partidos, y que los partidos no tienen arraigo y ves que el candidato no alcanza la presidencia, y luego sus parlamentarios, llegan a él como locomotora, y se van, tener, por ejemplo, a un ex candidato que no gana la presidencia, pero que postuló la vez al Senado, permite que esa persona de ingresar pueda organizar su pequeña bancada adentro y mostrarse como un opositor los próximos cinco años. Porque hay muchos candidatos que luego desaparecen, porque tienen que ganarse la vida y desaparecen de la campaña.
¿Tendrían mayor peso las alianzas?
Los partidos están fragmentados, y son tan pequeños, mira lo que ha sucedido con Renovación Popular, con Montoya, Cueto y Padilla. El parlamento va mutando con el tiempo, se permite el transfuguismo que se va por objeción de conciencia. Eso no tiene mucho sentido. Lo que pasa es que hay cierta ola de comunicación que nos echó a ver a la mayoría de personas afuera, como que es malo pactar. Y para que haya pactos tendría que haber menos partidos. Con cuatro partidos se podría alcanzar la gobernabilidad, mal que bien. Lo ideal serían dos, pero yo eso lo veo bien complicado en Perú. O sea, el Perú no es de derechas e izquierdas porque es un país con bastantes grises. De hecho, al final siempre era en el que más se disfrazaba de centro el que ganaba.
Ya no se solicitará la cuestión de confianza tras formarse un nuevo gabinete, ¿Pierde el ejecutivo contrapeso contra el legislativo?
Bajo la Constitución del 79 no se exigía una cuestión de confianza. Y eso, por ejemplo, en el libro del maestro Enrique Chirinos Soto, mencionaba, como parlamentario, que se generaba un debate interminable. El primer ministro iba entre los 30 días, exponía su programa de gobierno, luego daba un debate y todo el mundo, los parlamentarios, pues rajaban de lo que dijo el ministro. El debate no tenía un fin. Hasta que el presidente del Congreso lo terminaba al cansarse. Siempre quedaba una sensación agridulce. De hecho, hubo parlamentarios que improvisaron una moción de no confianza para sacarle la vuelta al tema, la improvisaron. La cuestión de confianza obligaba al presidente y al premier a no nombrar a quien les diera la gana. Políticamente tenía una razón, ahora en los próximos debates del primer ministro van a extrañar la cuestión de confianza.
¿Cerrar un Congreso con alguna artimaña legal de nuevo será más difícil ahora con la bicameralidad?
Hay una sentencia que la ha validado el último cierre del Congreso y aunque las sentencias posteriores de la nueva composición del tribunal dicen otra cosa, esa composición va a volver a cambiar. Entonces, no tengo seguridad si va a volver a lo anterior.
¿Es esencial para la bicameralidad que un candidato a diputado o senador no pueda ser un violador, un terrorista o un asesino?
La democracia no es boba. Siempre tiene que haber un indubio pro-stato. Yo estoy en contra de la sentencia del tribunal que dijo que un terrorista que ha pasado condena, que ha salido, tiene derecho a ser candidato porque sino sería discriminatorio. O sea, puede trabajar, tiene derecho a trabajar, a ganarse la vida, pero hay un indubio pro-stato. En el sentido de que la democracia es un ecosistema, que permite la autocrítica. Por eso es el sistema mejor tolerado por el ser humano porque permite la autocrítica. No se pueden tomar acciones fácticas contra la democracia. No puedes tomar con la violencia, porque es terrorismo y altera la realidad de convivencia política. Y esa restricción debe estar escrita como una de las cicatrices que tienen las constituciones, como tener un artículo que diga que no se admiten partidos filoterroristas. Por ejemplo, algo parecido como tiene Alemania contra los nazis. Esa cicatriz debería estar, por ejemplo, en la Constitución peruana. Nosotros ya tenemos una cicatriz que es la subsidiariedad. El capítulo económico es la cicatriz del desastre de la Constitución anterior.