La última escena que nos deja el partido Renovación Popular no puede ser más desoladora. La derecha vuelve a partirse. No voy a hablar de los detalles que conciernen la salida de algunos miembros del partido del actual burgomaestre de Lima. Más bien, voy a concentrarme en bosquejar el panorama actual teniendo en cuenta lo ocurrido. La fractura de Renovación Popular, a su vez, impide la tan necesaria unión de fuerzas políticas. Las elecciones pasadas han dejado un saldo extremadamente negativo. Nadie consigue convencer más allá de un 15%-20% de los votantes.
Pareciera que los políticos peruanos son altamente insensibles a las necesidades de los votantes.
No parecen darse cuenta de que los peruanos están dejando de confiar masivamente en las instituciones políticas, aún más de lo que lo hacían antes. Este hecho podría tener consecuencias catastróficas. El país reclama un liderazgo que sea abusivo, en primer lugar, que no represente un desfalco del tesoro público. Recordemos que toda relación está basada en la confianza. Esto es lo mismo para las instituciones políticas, las cuales, tienen la oportunidad de ganarse la confianza de la ciudadanía mostrándose cumplidoras de sus promesas, o al menos, no robando ni mintiendo.
Para bien o para mal, el ciclo de exportación de metales que hubo entre el 2000 y el 2014 ha terminado. Esto quiere decir que la economía peruana ya no posee los esteroides de aquellos años. Decir esto no es nada nuevo, en efecto, está por todas partes. Por eso, necesita una estrategia distinta para sobrellevar los problemas actuales. Desde el gobierno de Fujimori, en el que se desintegraron los partidos tradicionales, la tarea pendiente siempre ha sido la política. Los partidos políticos tienen dueño y esto genera que los mismos políticos que entran al gobierno no tengan bases partidarias que pueden ejercer de fiscalizadores de la labor política de sus líderes.
Finalmente, es necesario que pensemos en votar por quienes muestren capacidad de movilizar alianzas, un frente común. Phillip Butters hace poco ha hablado ante el grupo aprista advirtiéndoles de las necesidades de la política actual. Estoy segura de que algún valiente se atreve, y se podrá ganar algo, o bastante.