El pasado fin de semana, México escogió a Claudia Sheinbaum como su primera presidenta en toda la historia, en una elección abismal, ganando con más de 20 puntos de diferencia.
Este resultado es una gran victoria para el partido oficialista del presidente AMLO, Morena, el cual, cuando Sheinbaum haya culminado su mandato, acumularía 12 años en el poder.
Sin duda alguna, Morena ha demostrado ser el nuevo chico grande del recreo, desplazando de esta manera a los partidos históricos de México como el PRI y el PAN, que, incluso uniéndose en una coalición electoral, no pudieron cautivar la simpatía de los votantes.
A pesar de que AMLO no ha podido mitigar el tema del narcotráfico, ni la migración a Estados Unidos, y ha hostilizado a los gobiernos de Perú y Ecuador, creando una situación conflictiva de política exterior en la región, ha podido mantener una tasa positiva de crecimiento del país de 3.2% de acorde al Banco Central. Motivo que quizás explica por qué según la BBC (24 de mayo del 2024), AMLO estaría acabando su mandato con 60% de aprobación, lo que lo haría un líder bastante popular.
Justamente esta cifra coincidiría con la votación de la candidata Sheinbaum, lo que demostraría que el pueblo mexicano sí apoya el proyecto político de Morena y que habría un endose directo respecto al respaldo con AMLO.
Sin embargo, lo más preocupante sería que estos resultados abrumadores podrían generar una supermayoría en el parlamento, que sea usada como un cheque en blanco por Sheinbaum para modificar la Constitución Política de los Estados Mexicanos como más le plazca.
Una nota de El País (04 de junio del 2024) revela como “el partido oficialista y sus aliados lograron 83 senadurías, con lo que quedan a solo dos votos de alcanzar una mayoría calificada necesaria para pasar reformas a la Constitución”. Sin duda, no le será difícil a las fuerzas del gobierno poder conseguir estos dos votos de alguna forma.
La Constitución Política de los Estados Mexicanos es uno de los textos constitucionales más viejos de nuestra región, que nació en el año 1917 a base de la Revolución Mexicana, donde nació el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De esta manera, México ha sido uno de los pocos países de nuestra región que se ha resistido a la enfermedad de iniciar un nuevo proceso constituyente cada vez que asumiera un nuevo caudillo, cosa que se debe en gran parte a la hegemonía política que ostentó el PRI por casi 70 años de poder continuo, lo que Mario Vargas Llosa describió como la dictadura perfecta.
¿Morena se podrá resistir a la tentación de cambiar la constitución? ¿Correrá México la misma suerte que diversos países de nuestra región que decidieron cambiar su Constitución para servir los intereses de un presidente populista de tinte socialista?
Sin lugar a dudas, se vienen años complicados para México, pero veremos si Morena se termina pervirtiendo en la peor cara del socialismo latinoamericano.