OpiniónJueves, 27 de junio de 2024
Legislemos de manera asertiva nuestro petróleo, Alicia Barco Andrade
Alicia Barco Andrade
Comunicadora y periodista colegiada

Petroperú es una empresa estatal quebrada. Ha invertido seis mil millones de dólares en una refinería que se calculó que debía costar mil quinientos millones de dólares. El Perú consume 250 mil barriles por día. Utilizados para el transporte, la industria del transporte, la industria marítima pesquera y la industria en general. Pero de estos 250.000 barriles, solo 40,000 se producen en el Perú. El Perú no tiene reservas de petróleo. Lo poco que produce está en la selva, pero los pueblos indígenas sabotean el ducto y no se puede bombear el poco petróleo que hay. Para la exploración de pozos se necesita muchísimo dinero y, con gran riesgo de perder dinero, solo las grandes empresas privadas del extranjero pueden hacerlo. Nosotros hemos comprado petróleo a Brasil, EE. UU., Nigeria, Ecuador y Colombia. Despojando al Perú de regalías, canon, generación de trabajo directo e indirecto.

La Legislación del Petróleo en el Perú

Mi padre, quien en vida fue, Fernando Barco Saravia, un gran abogado del Perú, publicó su tesis de bachiller como abogado en 1962 “La legislación del petróleo en el Perú”. Después de leerlo, he podido sacar algunas ideas para entender esta Institución que sigue desangrando al Perú.

Mediante Decreto Ley N.° 17753 del 24 de julio de 1969 se formó Petroperú. Denominada como Petróleos del Perú - Petroperú S.A. Empresa Petrolera Fiscal. Publicado el 4 de marzo de 1981 y sus modificatorias en la Ley N.° 26224, publicada el 23 de agosto de 1993. Mediante Ley N° 26225, publicada el 24 de agosto de 1993 y vigente desde el 22 de noviembre, se aprobó la “Ley de Organización y Funciones de PERUPETRO S.A. Posteriormente, mediante Decreto Supremo N° 048-93-EM, publicado el 15 de noviembre de 1993, se aprobó el Estatuto Social de la Empresa. Ley N.° 30114 del 2 de diciembre de 2013. Esta norma rige la actividad económica y financiera de la empresa, así como nuestra relación con los diversos niveles de gobierno y regímenes administrativos.

¿Cuál es el origen de Petroperú? ¿Se pudo cambiar esta situación?

“El Código de Petróleo de la República de Bolivia, promulgado el 26 de octubre de 1955, es muy similar al nuestro, ya que sirvió de modelo, y, por lo tanto, en la parte que a impedimentos se refiere yerra en igual sentido al no extender el impedimento al cónyuge del inhabilitado. Así, por ejemplo, si la mujer fuese propietaria de una casa que se alquila, el marido se hace dueño en sociedad con su mujer de la merced conductiva que dicho bien produce. Sin embargo, no es propietario del inmueble en referencia a título de socio, ni podría pretender que su cónyuge dejara de disponer de tal inmueble en la forma como mejor le pareciera, ni mucho menos podría intentar ejercer derecho si el predio se vende o, si todavía en el patrimonio de la esposa, solicitar una división y partición.

Primero: Si hubiera habido una legislación petrolera adecuada, que proteja el capital social, e impulse el desarrollo país, con el valor público del trabajo, como hospitales, colegios, puentes, infraestructura, o cualquier obra pública, otra hubiera sido la historia. Pero todo empeoró con Humala, cuando decidió buscar inversionistas en el extranjero para la refinería, que costaba $5,000 millones de dólares, que, lamentablemente, no pudo pagar ni los intereses, ya que la utilidad era muchísimo menos que el coste de inversión. Algunos mencionan que este monto fue inflado a propósito.

Lo cierto es que no se puede desarrollar el potencial de nuestras reservas con un marco legislativo débil, porque ello impide el aumentar el valor de nuestras reservas. Además de la pésima gestión por la incompetencia del directivo. No se pudieron desarrollar, tampoco, nuestros recursos contingentes, y, por ende, nuestras potencialidades. Esta situación se pudo haber logrado si el Estado y la empresa hubieran trabajado juntas en su momento. Primero, estableciendo un marco jurídico hacia el desarrollado y protegiendo los recursos fiscales del Perú, de tal manera que contribuya con el valor público y el capital social. Pero la realidad es que Petroperú desangra los recursos fiscales del país, siendo una empresa del estado con derecho privado.

Lamentablemente, el Estado, la empresa y la sociedad civil seguimos divididos. No trabajamos de modo conjunto. No hay un Gobierno que nos integre. Entonces así, ningún desarrollo social, político, económico puede darse. Este problema estructural de la división de los actores de una Nación sigue siendo el problema central que impide el desarrollo del Perú, perdiendo, cada día, más oportunidades de inversión, para todos los sectores productivos de nuestra economía. Despertando, eso sí, el activismo de la ciudadanía en los temas que ya están empezando a cosechar: Legal, empresarial, medioambiental. Pero el desarrollo del Perú nunca se dará de manera divorciada. Se necesita ser competitivo en las leyes también para darle forma a una visión competitiva que proteja la soberanía, el capital social y lo nuestro. La ciudadanía en cualquier momento despierta y las marcas también aprovecharán lo suyo.

Segundo: Sin orden público, no hay inversión extranjera alguna.

Si nos guiamos de Indecopi y cambiamos a la junta de acreedores. Operacionalmente hablando, ¿tenemos petróleo para refinar con costo bajo? No, tenemos 35,000 barriles. ¿Cuándo lo tendremos? Es también un tema de gestión política. El ministro de Energía y Minas tendrá que hablar con inversionistas petroleros, y esto no va a pasar en menos de 12 meses. Mientras tanto, Petroperú pierde 75 millones de dólares por mes. Pero, ¿Qué aliado geopolítico tiene la refinería? China. ¡Ajá!

Tercero: No hay gestión que triunfe sin competitividad.

Pertroperú es un elefante blanco descontrolado. Muy aparte que los congresistas no están interesados en este tema. Hablando de reingeniería de equipo: ¿Por qué no crean una nueva razón social y colocan a 10 tigres comerciales para atraer inversión en el mundo?

¿Cuál es la solución?

Habrá que revisar la ley para adecuarla a una nueva visión hacia el desarrollo económico, social y político. Porque valgan verdades, el derecho que el Estado concede o confiere al sector privado (nacional o extranjero) con el fin de que puedan explotar la riqueza petrolífera que, como hemos dicho, forma parte integrante del patrimonio estatal, debe legislarse. Yacimiento, suelo y subsuelo, no pueden considerarse como propietarios.

El derecho real de nuestra ley se refiere a la facultad de la apropiación sobre la riqueza petrolífera, que, en virtud de su trabajo, extrae. Es decir, los frutos de estas acciones extractivas deben ser destinados al valor público del Perú. Pero es el Estado quien conserva la propiedad, mientras que el concesionario ejerce parte de los atributos, no así el dominio absoluto. El usufructo debe ser de utilidad para el Perú. Sin embargo, ahora que Petroperú se va a Talara, esta plata sería usada por Petroperú para cubrir pasivos y cancelar deudas a proveedores. Cero valor público. Cero beneficio y desarrollo social para el Perú. Es un momento en que la ciudadanía defiende su soberanía para que ningún país extranjero nos usurpe lo que nos es propio.

¿Y qué aliado tiene la refinería? China.

La presidenta Dina viajó a China. ¿Negociará los recursos del estado con este país? Los recursos del estado no pueden desangrarse más a favor de la política ideologizada. Petroperú no cuenta con ningún programa de inversión, hasta el momento. Es un elefante a la deriva. Lo más probable es que con el himno del desarrollo sostenible se implementen estas acciones de capacitación, buen gobierno, competitividad, etc. Al gobierno de China. Para que vengan a controlar nuestros recursos y se apoderen de nuestras riquezas en un contexto actual y futuro. Como ciudadanía activa, nos tocará ¡Defender nuestra soberanía!