Todos hemos pasado por esto antes y ya nos deberíamos conocer el cuento. La izquierda peruana y su prensa afín apoya desesperadamente una opción electoral en un intento brutal por evitar que el fujimorismo gane algo. O alguno de los otros partidos que consideran enemigos. Y después, cuando resulta que el candidato que apoyaron no sabe conjugar verbos o no hace nada en el poder, inician la movida de que es un gobierno de derecha. Lo hicieron con Toledo, lo hicieron con Ollanta, lo hicieron con Susana, lo hicieron con Castillo y lo hacen ahora con Dina. Hablaría mal de nosotros si caemos en el cuento una vez más.
Necesitan urgentemente posicionar la narrativa de que el gobierno de Dina es de derecha y que el congreso es de derecha, de tal manera que la población no rechace a los postulantes de izquierda en el 2026. Y como la realidad ya les dio la espalda una vez más, dejando en claro que sus propuestas traen más pobreza y estancamiento económico, como suele ser el caso en el Perú, necesitan reescribir la historia y engañar. Quizás lo único para lo que son buenos.
Recientemente se hizo público el resultado de una encuesta que se había realizado entre CEO peruanos. En éste la aprobación del gobierno de Dina había caído de 71% el año pasado a 12% este año. De esas cifras a mí lo primero que me preocupa es quién asesoraba a estos ejecutivos el año pasado que les hizo creer que este gobierno funcionaría a su favor. ¿En qué estaban pensando? Y más preocupantemente aun: ¿Aun siguen asesorados por los mismos desubicados?
Como sea, los medios que anuncian esta noticia con luces de neón pareciera que en realidad están llegando tarde a la fiesta. Más allá de la narrativa conveniente de algunos líderes de opinión de que éste es un gobierno de derecha -y la inevitable indicación de que este supuesto gobierno de derecha no es respaldado ni por los gerentes-, la verdad es que éste nunca fue un gobierno de derecha. De lo contrario, no mantendría al margen a los empresarios o a los gremios empresariales, que a gritos publican sus valientes comunicados -porque para más no les da la gallardía- informando que no les parece cómo se están manejando las cosas.
La inversión privada está en caída libre. En el primer trimestre del 2021 tuvimos S/.27,870 millones (soles de 2007). Para el último trimestre del 2024, habíamos caído a S/.24,844. ¿Qué no se supone que un gobierno de derecha apuesta por la inversión privada? En ese mismo periodo, cosa curiosa, la inversión pública pasó de S/.4,650 millones a S/.5,502 millones. Es decir, la inversión privada está de caída y la pública de subida. ¿Es esto un gobierno de derecha? Para nada. Por el contrario, estamos ante un gobierno que apuesta más por el uso de recursos públicos que por la atracción de recursos privados.
Aun así, la narrativa de que éste es un gobierno de derecha y que, por lo tanto, en el 2026 hay que votar por un candidato de izquierda se seguirá cimentando y haciendo fuerte. Se podría frenar si la derecha se organizara, si los gremios empresariales intervinieran en la opinión pública, etc. Pero ya sabemos que nada de eso va a pasar. Seguirán con la cabeza metida en la arena, dejando a su suerte a los pocos valientes que sí dan la cara. Mientras tanto, los enemigos de la economía de libre mercado ya hemos visto la inmensa cantidad de recursos a los que tienen acceso gracias a asociaciones sin fines de lucro para continuar desinformando y difamando.
Pero ni modo. Yo solo deseo que la siguiente generación de peruanos cuente con una clase empresarial con pantalones y correa. Si es que el país sobrevive tanto.