OpiniónLunes, 8 de julio de 2024
¿Cuándo un cambio en la educación?, por Franco Consoli
Franco Consoli
Analista político

La educación en el Perú se encuentra en un Estado crítico. Nos encontramos en la cola de los índices de calidad educativa en el mundo, nuestros alumnos no aprenden. Sin mencionar que nuestro sistema educativo público es un desastre. Más del 54% de los colegios públicos se encuentran en “muy mal Estado” y hasta ahora nadie propone un cambio real. Y mientras los colegios públicos se desploman, algunos colegios como “Atusparia” adoctrinan a menores con el pensamiento Gonzalo, mientras el Estado y el Minedu ni cuenta se dan.

En los últimos años hemos visto diversas formas de mejorar la calidad educativa en el Perú; sin embargo, todas han sido un desastre. El Ministerio de Educación modifica la currícula cada año sin éxito y los resultados siguen siendo los mismos.

Si nos centramos en el sector educativo público, hay diversas cosas que reflexionar. La mayoría se encuentran en una situación estructural grave, que básicamente deben ser demolidos, más de 40 mil escuelas a nivel nacional en pésimo estado reciben alumnos este año. Y estas, además se encuentran sobrepobladas, lo que no permite a los docentes no sólo desempeñar las clases correctamente, sino que cuidar a los niños es aún más difícil. En Chiclayo un niño se cayó de un tercer piso de su colegio hace poco más de un mes. En octubre del año pasado un niño de 13 años falleció tras recibir un golpe, y quien sabe, si las autoridades del colegio hubiesen actuado con celeridad, algo que no hicieron, el niño hoy estaría vivo. En abril del año pasado, en un colegio de Moquegua, un niño de 6 años falleció después de que un estante le cayera encima.

Esa es la realidad, lamentablemente, de los colegios públicos en el Perú. A ello hay que sumarle que el sector educativo público es el que cuenta con más funcionarios públicos sancionados por abusos a menores. Según un informe de El Comercio del año pasado, 180 funcionarios públicos fueron sancionados por violencia sexual en el 2022, y el 70% de estos pertenecen al sector de educación.

La bancada de Renovación Popular ha presentado un proyecto para mejorar, supuestamente, la calidad educativa del sector público. Aun así, a título personal, considero que solo es un proyecto más por parte de su agenda religiosa. El proyecto en cuestión es autorizar que iglesias cristianas evangélicas puedan administrar los colegios públicos, modificando la Ley General de Educación.

No es la primera vez que Renovación Popular busca que esta iglesia tenga poder educativo, dado que en el 2021 presentaron un proyecto de ley para fomentar la creación de instituciones educativas de Educación Básica Regular por convenio de Iglesias Cristianas Evangélicas. En otras palabras, la bancada celeste intenta que una religión que según información de Ipsos del 2018, abarca el 14% de los peruanos (por lo que capaz hay algún cambio hoy en día en dicha data) tenga más poder en la educación peruana. Solo para resaltar que según dicha encuesta de Ipsos en el Perú el 75% de los peruanos somos católicos.

Pero más allá de los aspectos religiosos, considero que este proyecto no es una solución. Porque darle más poder a una iglesia no cambiará la realidad educativa en el país.

En lo personal, me inclino más a la iniciativa de los vouchers educativos, que llegó a ser propuesta por Alejandro Cavero, de Avanza País. Propuesta que también fue parte de la campaña de Javier Milei en Argentina.

Lo que propone este sistema, impulsado originalmente por el premio Nobel en Economía Milton Friedman, es que los padres cuenten con un subsidio del Estado, que les permitiría elegir a mayor rango a donde llevar a sus hijos. Así el Estado, lo que destinaría en presupuesto por un niño en el sector público, lo entregaría en forma de voucher a los padres (quienes no verían el dinero) para que elijan si ponerlo en un colegio estatal o privado (dentro de ese rango) el cual recibiría el dinero. Quedando así en la voluntad de los padres, si quieren llevar a sus hijos a un colegio que se cae en pedazos, o a un colegio privado que ellos consideren mejor para sus hijos. Sin tener que enfrentar a la cara anónima del Estado, si existe un problema.

Si bien creo que este no será un sistema 100% eficiente, considero que es una práctica mucho mejor a la realidad que vivimos hoy en día en el sector público. Necesitamos cambios en la educación urgentes. El Estado ha abandonado el sector educativo y cada día pagamos las consecuencias. Los niños de hoy son los votantes del mañana y el futuro del país, pero eso parece no importarle a muchos.

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