Un golpe de estado sin apoyo militar ni popular, unos rolex de hombre prestados por amistad, la ininteligible historia del pollo y el niño, un elegante outfit de buzo blanco con el logo de los Simpson en una visita oficial, una declaración respecto a que existen 1,200 países (?). Estas historias que parecen sacadas de un video humorístico de youtube (de hecho, sí se pueden encontrar ahí) son obras tanto de nuestra vigente mandataria como su antecesor.
Los dos gobiernos han sido y son muy malos – para evitar otra expresión –, pero no se deje endulzar la oreja con el susurro de la izquierda victimista (valga la redundancia) que tiene en el ojo a Dina (Simpson) Boluarte y la quiere sacar del poder de cualquier forma y a cualquier precio (incluida la antidemocrática), pese a que fue elegida y avalada por ellos mismos (aló Tesorito? Verito?).
¿Realmente estamos peor con Dina como para justificar todo el show mediático de las lava-banderas, migra-partidos y eternas residentes de la Plaza San Martín?
Premisa: Más allá de las preferencias políticas o de fashion que se puedan tener (debo admitir que ese terno que usaba Pedro Castillo al comienzo tenía buena tela y caída), hay números fríos en sectores clave que pueden ser iluminadores:
Educación: El pie del que cojea Sudamérica, pero que en el caso del Perú es silla de ruedas.El gasto en educación representó el 3.5% del PBI en el gobierno de PC, mientras que en el actual tenemos un 4% en adición a medidas complementarias (programas de apoyo educativo para 500 mil estudiantes en zonas rurales y distribución de más de 200 mil tablets a estudiantes de bajos recursos.
Salud: Si bien durante el mandato de Castillo se aumentó la cobertura de salud básica al 85%, con una inversión en salud per cápita fue de US$ 300 dólares, durante el mandato de Boluarte se incrementó la cobertura básica al 88% con una inversión en salud per cápita de US$ 350. Lo mismo ocurre con la vacunación (general, no la de Vizcarra), subiendo de 75% a aproximadamente 80%.
Seguridad: La tasa de criminalidad bajo PC se mantuvo en números alarmantes (5,400 delitos reportados por cada 100,000 habitantes). En el caso de DB, la tasa de criminalidad ha mostrado una reducción superior al 10% (4,800 delitos por cada 100,000 habitantes), con especial incidencia en la disminución de robos y asaltos en zonas urbanas (+15%).
Economía: Durante el gobierno de Castillo, el crecimiento del PBI fue del 2.8% (afectado por la inestabilidad política y – no hay que ser mezquinos, los rezagos de la pandemia). En contraste, con Boluarte, el PBI se asentó en 3.5%, con un estimado para el 2024 de 3%. En relación a la pobreza, esta se mantiene en los índices dejados por el gobierno de PC – entre 27.5% y 29%.
Este comentario no busca ser ni por asomo una defensa a la hiper deficiente gestión de Dina Boluarte, sino más bien ponernos en perspectiva respecto a la narrativa que siempre trata de imponer la izquierda. ¿Nos podría ir mejor (o menos mal si se quiere)? Sin lugar a dudas. Pero si me dan a elegir entre lo malo (Castillo) y lo menos malo (Dina), por favor, sírvanme lo menos malo. Amigos de izquierda, voten mejor la próxima vez.