El incremento de la desigualdad económica, internamente, en países europeos y Estados Unidos se debe al ingreso de la mano obrera china. Estos sectores que antes gozaban de situaciones cómodas, se han visto perjudicadas. En términos internacionales, China ha ingresado en todos los países incluyendo Latinoamérica. Pero no es solo la mano de obra. El factor más importante que está afectando la crisis democrática y ampliando las desigualdades económicas, a la vez, en pleno siglo XXI, y en múltiples países - que van desde Turquía, Estados Unidos y Brasil- es la tecnología al servicio de la desinformación. Además de la red de amigos del gobierno, enfocados en la política.
La crisis de la Democracia y la Desigualdad Económica
El libre mercado está estrechamente vinculado al Estado de Derecho. La libertad, la verdad y la justicia son derechos constitucionales.
En la medida que la democracia se degrada, lo que surge es un sistema gobernados por unos pocos, que a veces son populares, pero en la medida que erosionan el Estado de Derecho lo que surge es una red de amigos que controlan la propiedad del país.
Sin importar la ideología del gobierno, ya sea de derecha o de izquierda, lo que surge es un “capitalismo de amigos” centrado en la política, que va capturando poco a poco, la propiedad privada, los derechos, la libertad, el periodismo y por supuesto, van contra las Instituciones democráticas. El proteger la Instituciones del Estado como el Poder Judicial, o los organismos de control, como el Jurado Nacional de Elecciones es clave. Permite poner un límite al poder ejecutivo, como prevalecer las elecciones que sean democráticas.
Política tóxica y sin promesas
Lo que ha ocurrido en estos primeros años del siglo XXI, y, en consecuencia, después de la pandemia, ha sido el fallo de una promesa. Basada en la movilización social frente a la política. Porque los partidos que tenemos en el Perú, no tienen promesas futuras para la ciudadanía. Si los partidos políticos tuvieran ideales, o promesas concretas que sean coherentes con el servicio a la ciudadanía entonces las masas se amplificarían. Pero si no hay movilización social es porque no hay promesas políticas. La gente al menos, creería en ciertos políticos que cumplen sus promesas. Pero no hay políticos viables que generen gobernabilidad. Todo está centrado en la corrupción y la politización de las Instituciones democráticas para capturarlas.
Cero confianzas
Si destacamos en orden de importancia, el nivel de confianza de la ciudadanía hacia las Instituciones, la Institución que genera más confianza son las Fuerzas Armadas. Después las empresas privadas; en tercer lugar, los medios de comunicación, luego la Policía. La ONG, la Fiscalía de la Nación, el Poder Judicial y en último lugar, representado por un 62% que no le cree NADA es la Política. Lo que significa que lo que más está en crisis es la Representación política. Esa clase de gente que decide entrar a la política para robar. Finalmente, es una crisis de humanidad y valores. Perú siempre está por debajo de los indicadores del barómetro de Latinoamérica. En este año, es la más baja que hemos visto. Solo el 13% de los peruanos está satisfecha con la democracia. Preocupante. Pero no es Castillo la causa. A pesar que fue un pésimo presidente, esto es consecuencia de un alud tóxico, de presidentes y parlamentos, de años atrás. Es lamentable este escenario. Los peruanos no encuentran esperanzas ni respeto. En los próximos dos años que vienen, el voto de la ciudadanía peruana será radical.
Cuando se pierde el respeto, se pierde todo.
La aprobación de la presidenta Baluarte es de 6%. El 52% de los peruanos no tiene respeto por las Instituciones políticas del Perú. Este porcentaje – por obvias razones – es alarmante. Esto habla mucho de cómo las zonas rurales, y personas que tienen de 40 años a más, de niveles socio económicos más bajos y altos también. Incluyendo jóvenes de 18 a 24 años, que se identifican más con la derecha que la izquierda.
Cuando hablamos de Instituciones del Estado, que son pilares de nuestra democracia, nos referimos al Congreso, al Poder Judicial, al JNJ, al JNE, a la Defensoría del Pueblo, a la Contraloría, al INEI, ONPE, todos los Ministerios, que nos defenderían frente a Dictadores, en cuanto a nuestros derechos constitucionales.
¿Qué podemos hacer para fortalecer las Instituciones?
El punto clave está en modernizar el Estado, para tener un proyecto de un Estado democrático, que protejan derechos, sea eficiente y estén en capacidad de actuar. Es una falacia pensar que el Estado debe ser más fuerte para ser más democrático. Esto va ser fundamental en los próximos 20 años.
Si miramos la perspectiva del mundo, estamos frente a un mundo donde la competencia geopolítica mundial y militar es cada vez mayor. Tenemos sociedades más envejecidas que son más difícil que mantener. En Latinoamérica tenemos un problema aún mayor y muy serio que es el crimen organizado y una economía en crisis. Ya sea de derecha o de izquierda, necesitamos un proyecto político que exija pensar el futuro. En definitiva, Una visión País clara. Con esfuerzos privados, públicos donde juntos podemos construir, no destruir. A menudo se puede pensar que hay una competencia entre el sector privado y el sector público. Pero este divorcio estructural debe terminar de una vez. Solo los pobres de mente ven competencia. La gente rica de mente, mira el horizonte y trabaja en equipo. ¡Ya basta de cobardes políticos! Necesitamos mujeres y hombres valientes, auténticos y reales, que no mienta y sean coherentes con principios y creencias. Trabajar juntos para mejorarnos, y nutrirnos con un enfoque de modernidad es ganar todos, y entonces, así, buscaremos el Desarrollo del Perú. La colaboración pública y privada es el camino del Desarrollo Economico Social y Político.