Contra todo pronóstico, anoche, Nicolás Maduro, el sátrapa despiadado que somete a Venezuela desde hace 11 años como parte de la dictadura iniciada por Hugo Chávez 25 años atrás, perpetró un crimen de lesa democracia, al manipular descaradamente las elecciones y “revertir” tendencias irrefutables (Maduro 31% y Gonzales 61%) que diversas encuestadoras y medios anunciaron con antelación, para declararse ganador de las elecciones con 51% de votos escrutados al “80%” conforme diera a conocer el Consejo Nacional Electoral (CNE) ante la mirada atónita del mundo entero, pero más, de los propios venezolanos que pensaron que al fin habían alcanzado las puertas hacia la Libertad. La democracia está de luto, nuevamente.
Todas las acciones del dictador Nicolás Maduro previas a los comicios, fueron materializadas para crear las condiciones para un fraude, como el hecho de haber evitado que veedores internacionales de diversos países ingresen a territorio llanero, saboteado la campaña de los candidatos, en especial de María Corina Machado quien se alió con el Edmundo Gonzales. La lideresa opositora fue perseguida implacablemente en su periplo por el país, hasta el punto de que los lugares que le dieran alojamiento o alimentación eran clausurados por el chavismo. El pueblo venezolano llevó de la mano a Corina Machado hasta los lugares más recónditos del país.
Pese a que varios países como EE.UU., Argentina, Chile, Perú, Guatemala y Costa Rica desconocieron los resultados y Colombia pide "conteo total" de votos, (excepto China y Rusia, como no), no debemos olvidar que las condiciones para la caída de Maduro están dadas, que tanto la comunidad internacional que ya le “sacó la alfombra” antes como Brasil, Colombia y Chile, con quienes Maduro comparte (o compartía ideología) y la inusual movilización de venezolanos en todo el país (muchos regresaron a Venezuela a votar desde Colombia y Perú) podrían ser elementos contrarias a la pretensión del chavista y que además son diferentes a las elecciones pasadas.
Por eso aseguramos que los preceptos de Lenin, a quien el difunto Chávez y también Maduro deben haber leído, no solo valen para explicar una revolución de izquierda, sino también, para una revolución por la libertad y contra la propia satrapía de izquierda. Lenin planteaba que para que triunfe la revolución de la izquierda se tenía que dar la “Violencia Revolucionaria”, para lo cual había tres requisitos que aquí resumimos: 1. Que gobernante y gobernados no estén en condiciones de aceptarse; 2. Que se hayan agudizado las condiciones de miseria y sufrimiento del pueblo y 3. Que la población haga una acción histórica independiente (movilización masiva contra el régimen).
Como vemos no solo el pensamiento de Lenin explica la caída de un régimen que favorece a la izquierda, sino que en nuestros tiempos también puede servir para restablecer las libertades sociales, políticas, económicas y de la democracia. A los venezolanos solo les falta fortalecer e implementar su “Acción histórica independiente” y derrocar al dictador, no queda de otra. Por eso hago un llamado al pueblo venezolano para que “en caliente” nomas, se organice y presione a Maduro y logre expulsarlo, porque ahora sí, este es un gobierno ilegal e ilegítimo y el pueblo tiene derecho a la insurgencia. Sí se puede.