La noche del sábado pasado, la congresista Patricia Chirinos fue agredida brutal y verbalmente por un grupo de desadaptados en un restaurante en el distrito de Barranco. Los enardecidos energúmenos, al parecer, se “autopercibían” como los “Hooligans” definiendo algún partido en el Reino Unido, en el que, por supuesto, iban perdiendo. No faltó quien lanzó un vaso de vidrio que cayó muy cerca de la congresista, a quien felizmente no impactó. La discriminación por razones políticas, de ideas o de pensamientos se mostró en toda su magnitud.
La presión violenta que ejercieron sobre los congresistas fue tal que, por razones de seguridad, tuvieron que abandonar el local. Al parecer, los dueños o el administrador del restaurante no atinaron ni a calmar a sus comensales belicosos ni a proteger la integridad de quienes estaban siendo agredidos. Esperamos que la municipalidad de Barranco inicie investigaciones y sancione este tipo de violencia en los locales que autoriza a funcionar. ¿O será que la frase “en este local no se permite discriminación de ninguna clase” es solo una expresión retórica o letra muerta de las municipalidades donde realmente se discrimina sin ningún control?
La rápida acción de las redes sociales pudo identificar a algunos de los participantes directos en estos hechos. El importante influencer CARLOS MARTIN @Liberfach0 posteó en su cuenta de X (anteriormente Twitter) lo siguiente: “¡IDENTIFICADA! Alexandra Bianchi fue la primera en publicar los videos insultando a Pati Chirinos, aunque la muy cobarde los borró. Resulta que en un video se ve a Bianchi agrediendo a Patricia Chirinos. Bianchi es una especie de DJ y artista, hagan famosa a la agresora, gente”.
Por otro lado, en el post de la cuenta @miguelfabi10024 se publica: “El rostro del delincuente se llama Rodrigo Flores Consiglieri y vaya sorpresa, es un parásito que ha vivido del estado, específicamente del Min de Cultura. Restringió su LinkedIn, Facebook, Instagram y cree que no lo vamos a encontrar, pero muy tarde muy pronto más info. Al penal se va”. De esta manera, al menos dos de los personajes que azuzaron e insultaron a los congresistas ya fueron identificados.
El problema con este tipo de agresiones es que provienen del sector ideológico progresista o caviar, como son conocidos, quienes por todos lados pregonan “tolerancia” cuando se trata de adoctrinar a niños, jóvenes y adultos, dando una falsa imagen y revelando lo que realmente son, unos absolutos intolerantes con quienes no piensan como ellos. Ambos personajes descubiertos han tenido la cobardía de borrar todos sus mensajes en las redes sociales para tratar de no ser identificados, porque claro, ahí se evidencian sus marcadas posiciones ideológicas y políticas, es decir, el “progresismo salvaje” en su mejor expresión.
Desde esta tribuna, expreso mi desacuerdo con quienes plantean que los congresistas “no debieron asistir a esos lugares donde hay progres”. No, señores, los ciudadanos tenemos la absoluta libertad para asistir a lugares públicos porque son nuestros derechos. ¿O acaso los caviares no pregonan superioridad “moral” e “intelectual” para denostar a sus adversarios? ¿No son ellos quienes enarbolan lo “políticamente correcto”? ¿Por qué los agresores borran todo rastro en redes sociales de su posición ideológica y política? ¿Será porque trabajan para el sector público o se “amamantan” de este y temen perder sus trabajos? La violencia no debe normalizarse contra nadie.
No debemos permitir que la hipocresía política de los caviares “imponga” la moda de agredir a sus adversarios políticos a donde vayan, peor aún si no tienen control de sus emociones donde se consumen bebidas alcohólicas. Asimismo, no hemos visto una sola expresión de rechazo por parte de la progresía para defender a una mujer agredida por una turba.
Nuestra solidaridad con la congresista Patricia Chirinos frente a esta artera agresión de los “tolerantes” iracundos y “políticamente correctos” y felicitarla por su valentía en la lucha por la democracia. ¡Siga adelante, congresista! ¡Sí se puede!