Esta última semana se ha visto que las libertades de las personas han sido limitadas por los mismos ciudadanos que reflejan su intolerancia con insultos y agravios en contra de otros ciudadanos.
Gente que tanto exige libertad y democracia, actúan como energúmenos expresando el nivel más salvaje del ser humano, solo por encontrarse a personas que no les es de su agrado.
Y sí, me refiero tácitamente a los hechos cometidos en contra de los congresistas Luis Aragón y Patricia Chirinos en un conocido bar de Barranco, donde las personas que estuvieron presentes agredieron a los parlamentarios insultándolos y lanzándoles objetos.
Es lamentable el nivel de intolerancia que se muestra por parte de personas que no tienen las mismas ideologías que otras. Lo más triste de esto es la podredumbre social a la que estamos sometidos a vivir en el Perú y es aún más penoso ver que estos actos son aplaudidos en las redes sociales.
Por más que no se tenga las mismas posiciones que los parlamentarios agredidos, nada justifica la violencia y el acoso que sufrieron los legisladores este último fin de semana.
Actualmente, ya se tiene identificado a los agresores y uno de ellos es un docente de la universidad de Lima que fue despedido, de manera muy justificada, no porque se tratase de parlamentarios, sino por el ejemplo que brinda el profesor para sus estudiantes de tan prestigiosa casa de estudios.
Estas manifestaciones violentas no son aceptables, vengan de donde vengan. La gente que tanto exige democracia en el Perú, no termina de entender que esto demanda tolerancia, especialmente con los que no se coincide.
A todo esto, también se suma el aval de diversos personajes como la exministra de Castillo, Mirtha Vásquez, quién legitimó en sus redes sociales el acoso a Chirinos y Aragón.
Ah claro, ¿pero si se tratase de alguien de sus filas políticas? Ahí si es un agravio o un acoso en contra de ellos, ¿o no es así?. ¿Diría lo mismo si el vaso de vidrio le hubiese llegado a su amiga Verónika Mendoza?
Es el doble rasero que existe en la caviarada, siempre le parece bien los ataques cuando son en contra de personajes que no van acorde a sus intereses políticos, pero si se tratase de los mismo miembros de su manada, ahí sí existe un atentado contra la libertad de pensamiento.
No es posible que las personas que en algún momento fueron autoridades en el Perú, hoy avalen la violencia venga de donde venga y vaya a donde vaya.
Y tampoco puede ser posible que la violencia sea el resultado de la intolerancia de los mismos ciudadanos en contra de otros que no son de su mismo ideal ni postura. Hay mucho que mejorar como ciudadanos para luego pedir que mejore nuestra sociedad. El cambio empieza con uno mismo.