No es posible tener una sociedad libre, democrática y justa donde impere la insania de la censura.
Estos últimos días han marcado un claro y preocupante retroceso respecto a la libertad de expresión en redes sociales a nivel mundial, lo que se ha podido ver en dos casos emblemáticos.
El primer caso se relaciona a la dictadura socialista de Nicolás Maduro, donde el gobierno declaró una guerra total contra las redes sociales, especialmente la plataforma “X” de Elon Musk, para poder censurar por completo el flujo de información respecto al fraude electoral del 28 de julio, y la convocatoria de acciones de protesta organizadas por la oposición.
De esta manera, Maduro decretó un bloqueo por el periodo de diez días de la plataforma X en todo el territorio venezolano, plazo que perfectamente podría ser prorrogado por la dictadura venezolana por un periodo más largo o de manera permanente.
Si esto ocurriera, Venezuela se uniría a la corta lista de países que han prohibido por completo el acceso de la plataforma “X” que incluyen a China, Corea del Norte, Rusia, Turkmenistán y Myanmar. Evidentemente, esta lista incluye alguna de las dictaduras y países más autoritarios del mundo, donde no hay ningún tipo de garantía para las libertades civiles.
Es necesario reconocer la heroica intervención de Elon Musk para hacerle frente a la dictadura venezolana, llegando a confrontar directamente a Nicolás Maduro en la plataforma “X”, quién denunció el fraude desde el comienzo y lo tildó de ser un dictador.
El segundo caso se vincula al Reino Unido, donde el inexperto gobierno laboralista ha emprendido una draconiana cruzada para reprimir a cualquier persona en redes sociales que muestre su apoyo a las protestas anti migratorias que se han suscitado estas semanas después del brutal asesinato de tres pequeñas niñas en la ciudad en la ciudad de Southport.
El primer ministro inglés, Keir Starmer, calificó que todas las personas que hayan salido a protestar o que tengan críticas contra las políticas migratorias del gobierno son radicales de extrema derecha que no pueden ser tolerados, y el gobierno compartió un post en redes sociales pidiéndole a los ciudadanos que piensen antes de publicar cualquier contenido en redes (think before you post).
Coincidimos en que está bien perseguir y arrestar a cualquier persona que cometa actos de violencia física y disturbios, como la destrucción de la propiedad privada o pública. Sin embargo, el gobierno inglés está llevando las cosas a un nivel peligroso.
Keir Starmer salió personalmente a pedirle a los jueces que sentencien a cualquier persona que cometa actos de violencia virtual o supuestos crímenes de odio relacionados con las protestas contra la migración de manera célere y sin mayor hesitación.
Estas políticas de censura vienen escalando desde hace muchos años en Inglaterra, como lo dejó en evidencia un estudio realizado por el portal The Times que reveló que en el año 2016 se habían arrestado a 3,395 personas por contenido publicado en redes sociales.
De esta manera, se ha sentenciado a dos personas por el simple hecho de hacer publicaciones subidas de tono en redes sociales y arrestado por lo menos a uno más que está siendo procesado en estos momentos. El argumento sería que estos individuos habrían incitado la destrucción de centros de refugiados o lanzado insultos ofensivos.
Sin embargo, no se ha acreditado si en verdad había una verdadera intención de llevar a cabo estas amenazas, que evidentemente son inaceptables, o si más bien fueron mensajes de furia y frustración contra las políticas públicas del Estado.
Como bien sabemos, muchas veces en redes sociales las personas dicen cosas subidas de tono para expresar sus opiniones políticas, lo que no significa que verdaderamente haya habido una intención de destruir o quemar este tipo de refugios de inmigrantes.
Si el gobierno inglés fuese consecuente, tendría que encarcelar a todas las personas que amenacen con matar o herir a otra persona, en redes sociales, cosa que ocurre todos los días.
La violencia siempre debe ser condenada moralmente, sin embargo, esta solo debe ser materia de la persecución del Estado cuando se cumpla el principio universal del derecho penal de ser una medida de última ratio, mejor dicho, que no existan otros mecanismos para frenarla.
En el caso particular, considero peligroso que el Estado inglés quiera encarcelar a cualquier persona por el simple hecho de hacer una publicación o comentario en redes sociales, especialmente por motivos ideológicos y políticos. Para que proceda este tipo de penas se debería confirmar la realización de otras acciones criminales, como la compra de materiales incendiarios o explosivos, o una verdadera coordinación o planeamiento para llevar a cabo estos actos violentos.
Por ejemplo, aquí en el Perú un profesor de la Pontifica Universidad Católica del Perú publicó un post en redes sociales comentando que se debería mandar un misil al Congreso de la República. Bajo el criterio del gobierno inglés, este tipo de posts en línea deberían ser materia de sanción penal, a pesar de que todos en realidad sabemos que este comentario es una expresión política sin verdadera intención de lastimar a nadie.
Una vez más, Elon Musk salió en redes sociales a atacar estas medidas, calificándolas como una verdadera amenaza para la democracia. Preocupantemente, el ex director de la entonces plataforma Twitter en Europa, Bruce Daisley, salió a pedir que se debía extraditar a Musk a Inglaterra por cometer crímenes de odio e incitar a la violencia por sus comentarios en redes sociales.
Hemos analizado cómo la censura es una herramienta que está avanzando en todo el mundo, tanto en las dictaduras más brutales como Venezuela, como en los países con tradiciones democráticas más sólidas como el Reino Unido. Cuando países como Inglaterra se parecen a Venezuela es evidente que hay que preocuparnos.
Queda claro que para muchos de nuestros gobernantes sería mejor si todos nos quedáramos callados, sin expresar nuestros verdaderos pensamientos en redes sociales, lo que evidentemente sería beneficioso para sus agendas políticas.
Sin embargo, hay luz al final del túnel, la reacción en redes sociales contra estas medidas ha sido contundente y cada vez hay más figuras como Elon Musk que están peleando para que tengamos la habilidad de poder expresarnos libremente en redes sociales sin temor a la censura o la persecución política.
De esta manera, quizás sería mejor que sean nuestros gobernantes los que piensen antes de querer censurarnos.