Hoy en día no podemos fiarnos de nadie. Si bien la información es más accesible que nunca en la historia, los usuarios deben ser más cautos que nunca para no verse llevar por la ideología política del medio que les está brindando dicha data. Hoy, es indudable pensar que quienes cuentan las historias no tienen una posición prefijada de la cual inclinarse.
Muchos podrían inclinarse a pensar que dicha subjetivación de la información es digna de los diarios “chicha” y poco serios, dado que los medios informativos serios y formales no se prestarían a tal desatino periodístico; en realidad, ese debería ser el “deber ser” de los medios de comunicación, sin embargo, la realidad dista de ese escenario.
Muestra de ello ha sido la última portada de la revista Time, que, como se podrá ver en la imagen de esta columna, avala a la candidata demócrata Kamala Harris, quien hace poco se adueñó de la campaña electoral azul, tras el desaire del peor presidente americano, Joe Biden.
“Her moment” es lo que aclama Time de Harris. ¿Su momento de qué? Kamala es la vicepresidenta de uno de los peores gobiernos americanos de la historia. Con niveles de inflación que desbordan en Estados Unidos, grandes problemas de inmigración, una cantidad absurda de “homeless” y con una juventud, que aparte de ser increíblemente bruta -gracias al adoctrinamiento woke del cual el gobierno demócrata también es parte-, tiene más dificultades que nunca para comprar una casa y empezar su vida.
¿Se supone que la segunda figura más importante de este gobierno puede arreglar las desgracias generadas por el mismo gobierno?
El mundo al revés…
Y mientras Time procura que la imagen de Harris sea vista como la futura salvadora americana, vale la pena recordar otra de sus tan aclamadas portadas. En este caso una de 2016, que fue una de las tantas portadas en contra del expresidente y actual candidato presidencial. La palabra “meltdown” usada típicamente en inglés para hacer referencia a las crisis o a un colapso mental.
En otras palabras, Time, en su momento, se dedicó a hacerle la guerra a un candidato presidencial, republicano obviamente, que, si llegaba al poder, tenía mucho que demostrar. Sin embargo, a una candidata que proviene de uno de los gobiernos más nefastos de la historia americana, que ha sido puesta después de que los demócratas le dieran la espalda al actual mandamás estadounidense, la invocan como la nueva cara del cambio.
Kamala Harris le deberá su vida política de ahora en adelante a Thomas Crooks, el tirador de Trump. Porque su bala si bien no acabó con la vida del republicano, si mató a Biden, abriéndole así las puertas para esta campaña electoral, la cual ya tiene algunos escándalos, como copiarle algunas propuestas al magnate, como eliminar los impuestos a las propinas, o sus promesas para disminuir la inflación, que la actual gestión presidencial trajo a USA.
Grandes sesgos mediáticos, los de medios como Time, ni que decir de otros como el New York -Woke- Times, The Atlantic o Variety, que dan para una columna más. Es normal que los medios de comunicación tengan una postura, el problema es cuando estos pretenden hacerse ver como los “justos”, “equitativos”, con su altanería moral, como dueños de la verdad, escondiendo detrás sus verdaderos intereses. Porque si bien la historia es una, hay mil formas de contarla. Pero al menos seamos honestos sobre la perspectiva en la cual la contamos.