Sucede por lo general -casi por ley natural- que toda persona que vive -o que queda forzada a vivir- en la dictadura de un régimen comunista, suele buscar desesperadamente la manera de escapar de dicho régimen, en busca de un país en donde pueda vivir con total libertad y en donde se respeten sus derechos fundamentales. Obviamente que aquellas personas que tuvieron la suerte de escapar de un régimen comunista -ya sea porque literalmente escaparon por mar o atravesando montañas o desiertos o junglas- no se les ocurre ni de broma regresar, al menos mientras el referido régimen totalitario continúe en el poder imponiendo en su país su voluntad, violando los derechos humanos, las libertades, etc. Fue el caso de la desaparecida Unión Soviética, en sus breves setenta años de existencia, en donde abundó la gente que huyó del “paraíso comunista” en busca de libertad y de poder vivir en paz, en democracia y bajo un verdadero Estado de Derecho. Muchos artistas, músicos y escritores soviéticos reconocidos lo hicieron en su momento. No faltaba alguna olimpiada o evento internacional deportivo o artístico en donde varios miembros de la delegación soviética no regresaban y se asilaban en alguna embajada en busca de libertad para ellos y sus familias. Cuba es otro ejemplo de cómo, hasta el día de hoy, la gente huye en masa de su régimen comunista en improvisadas y atiborradas barcas, tratando de alcanzar las costas de Florida en los Estados Unidos, arriesgando sus vidas, ansiando un régimen de verdadera libertad y democracia. Cabe mencionar otros ejemplos como el de los regímenes comunistas en Nicaragua o en la República Popular China, en donde la libertad y los derechos individuales fundamentales son un mito.
Recientemente, el régimen comunista de Corea del Norte, preocupada por la gran cantidad de jóvenes estudiantes universitarios estudiando en el exterior, en especial en Rusia y en China, ha literalmente “ordenado” a todos sus estudiantes en el extranjero que regresen al país para recibir “educación ideológica”. El régimen norcoreano se ha percatado que, aunque parezca increíble, los norcoreanos que estudian en China y Rusia experimentan más libertad que en su propio país, y esto ha hecho que muchos se escondan o viajen a otros países como Corea del Sur, para evitar volver a casa. A los estudiantes norcoreanos en el extranjero no les es muy atractivo, digamos, regresar a su país. El dictador de turno norcoreano, Kim Jong-un, ordenó el pasado mes de agosto, que regresen al país para recibir “formación ideológica” -así lo dice con toda desfachatez y sin reparo alguno- con la finalidad de “revertir la influencia exterior” a la que han estado expuestos los estudiantes norcoreanos durante su estancia fuera del país. Así lo declaró y confirmó a la emisora “Radio Free Asia”, un estudiante norcoreano huido que no quiso dar su nombre por obvias medidas de seguridad, que ha conseguido establecerse en Corea del Sur. El estudiante “evadido”, que pidió ser identificado con seudónimo por seguridad personal, hizo saber al referido medio, que se enteró de la orden por otro estudiante evadido que llegó recientemente a Corea del Sur. “Me dijo que había estado estudiando en Rusia. Entonces las autoridades le ordenaron que regresara”, indicó. Obviamente al enterarse de esa “orden”, decidió que ni loco regresaba a Corea del Norte. Es como decirle a un estudiante cubano establecido y estudiando en los Estados Unidos, que regrese a La Habana porque el régimen comunista cubano lo ordena, para darle un módico “tratamiento” para evitar que “la influencia exterior” de libertad y respeto a los derechos de toda persona que existe en los Estados Unidos, “influya y dañe” al joven estudiante. Llama la atención como estos regímenes comunistas o pecan de ingenuos o de tal despotismo y soberbia, que no se percatan de lo absurdo y ridículo de sus “disposiciones”.
No se sabe con exactitud cuántos jóvenes norcoreanos estudian en Rusia o en China (¡cómo será de aterradora la dictadura comunista en Corea del Norte que, pese a todo, los norcoreanos prefieran por último el régimen comunista chino que el de su propio país!) o en otros países del mundo, pero probablemente son varios centenares de personas, según el medio surcoreano KBS. Muchos estaban allí desde antes de la pandemia de 2020. La dictadura de Pionyang teme que, al llevar tanto tiempo fuera del país, “puedan haberse visto influidos por el mundo exterior”, es decir, que se hayan acostumbrado a vivir en verdadera libertad y respeto, esto es, en situaciones en las que su gobierno no tenga el control total de sus vidas. Cabe mencionar que, al parecer, constituía una práctica habitual de la dictadura norcoreana, el ordenar a los estudiantes regresar periódicamente en pequeño número, para recibir unas estupendas “clases de lealtad”. Sin embargo, como éstas no se produjeron durante la pandemia, las autoridades norcoreanas “quieren ahora enviarlos a todos en masa para someterlos a inspecciones ideológicas intensivas”.
Los estudiantes norcoreanos en el extranjero experimentan más libertad que en su propio país, y esto ha hecho que muchos se escondan para evitar volver a casa, según Cho Han-Bum, investigador del Instituto Coreano para la Unificación Nacional, con sede en Seúl. “Estas personas experimentaron la libertad en el extranjero durante un periodo más largo, y como permanecieron en el extranjero durante mucho tiempo, hubo muchos casos en los que violaron las normas de las autoridades norcoreanas, voluntariamente o no”, explicó Cho. “Por eso, si vuelven a casa, hay más posibilidades de que sean castigados”. Como se puede apreciar, en un régimen comunista como el norcoreano, no es muy “motivador” que digamos, regresar a casa. Hay que mencionar también que muchas de las personas que viajan al extranjero a estudiar, dejan familiares en Corea del Norte, que en el fondo constituyen una forma de “garantía” de un pronto regreso, pues de lo contrario, estos familiares podrían sufrir un inesperado “accidente” o “desaparecer” sin dejar rastro alguno.
Podemos concluir entonces, que la dictadura comunista de Pionyang no quiere perder el “control” sobre los estudiantes que han estado en el extranjero durante muchos años. Así lo confirmó Kim Geumhyuk, un ex estudiante norcoreano en China que huyó a Corea del Sur en 2012. “Cinco años es mucho tiempo”, afirmó. “Creo que las autoridades norcoreanas deben tener más miedo [de los estudiantes] que los estudiantes [a ellos], teniendo en cuenta que estos estudiantes han estado fuera del alcance del control de Corea del Norte durante cinco años. Por tanto, la mayoría de ellos tendrá antipatía hacia el sistema norcoreano”. En resumidas cuentas, estos estudiantes norcoreanos estudiando en el extranjero, ya probaron el sabor de la libertad, el vivir en un régimen democrático y de respeto a los derechos fundamentales. De allí que, como bien declaró el Kim… ¡no regreso ni loco!