OpiniónDomingo, 10 de noviembre de 2024
Donald Trump ya comenzó, por Pancho de Piérola

Menos de una semana ha pasado desde que el expresidente fuera elegido, nuevamente, para ocupar la casa blanca por cuatro años más y Trump ya le declaró la guerra a la corrección política y a la cultura cancelatoria que la izquierda macabra ha empleado como recurso para impedir la proliferación de mensajes que sean contrarios a su hegemonía política.

Este es el discurso traducido del ex presidente Donald Trump. El video fue compartido por su nuevo aliado Robert Kennedy Jr quien se adhirió a la campaña republicana luego de validar el estado putrefacto en el que se encuentra la izquierda globalista enquistada en el partido demócrata.

“Esto le otorga al presente Trump un espacio en el Mount Rushmore”, escribió el sobrino de JFK al compartir el notable y valiente discurso del presidente electo.

El discurso:

“Si no tenemos libertad de expresión, entonces simplemente no tenemos un país libre. Es así de sencillo. Si este derecho fundamental se permite que perezca, el resto de nuestros derechos y libertades caerán como fichas de dominó, uno por uno. Por eso, hoy estoy anunciando mi plan para destruir el régimen de censura de la izquierda y recuperar el derecho a la libertad de expresión para todos los estadounidenses.

Y “recuperar” es una palabra muy importante en este caso, porque nos lo han arrebatado. En las últimas semanas, informes explosivos han confirmado que un grupo siniestro de burócratas del Estado profundo, tiranos de Silicon Valley, activistas de izquierda y medios de comunicación corporativos corruptos han estado conspirando para manipular y silenciar al pueblo estadounidense. Han colaborado para suprimir información vital sobre todo, desde las elecciones hasta la salud pública. El cartel de la censura debe ser desmantelado y destruido, y debe hacerse de inmediato. Aquí está mi plan.

Primero, dentro de las primeras horas de mi investidura, firmaré una orden ejecutiva que prohibirá a cualquier departamento o agencia federal colaborar con cualquier organización, empresa o persona para censurar, limitar, categorizar o impedir el discurso legal de los ciudadanos estadounidenses. Luego prohibiré el uso de dinero federal para etiquetar discursos nacionales como información errónea o desinformación. También comenzaré el proceso de identificar y despedir a todos los burócratas federales que hayan participado en censura doméstica, directa o indirectamente, ya sea en el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el FBI, el Departamento de Justicia, o cualquier otra agencia.

Segundo, ordenaré al Departamento de Justicia que investigue a todas las partes involucradas en este nuevo régimen de censura en línea, que es absolutamente destructivo y terrible, y que procese agresivamente todos los delitos identificados. Esto incluye posibles violaciones de leyes federales de derechos civiles, leyes de financiamiento de campañas, leyes electorales federales, leyes de valores, leyes antimonopolio, la Ley Hatch y una serie de otros delitos potenciales de carácter penal, civil, regulatorio y constitucional.

Para ayudar en estos esfuerzos, insto a los republicanos de la Cámara de Representantes a enviar de inmediato cartas de preservación, y tenemos que hacerlo ya, a la administración Biden, a la campaña de Biden y a cada gigante tecnológico de Silicon Valley, ordenándoles no destruir pruebas de censura.

Tercero, al asumir como Presidente, pediré al Congreso que envíe un proyecto de ley a mi escritorio para revisar la sección 230 y sacar a las grandes plataformas en línea del negocio de la censura. A partir de ahora, las plataformas digitales solo deberían calificar para protección de inmunidad bajo la sección 230 si cumplen con altos estándares de neutralidad, transparencia, justicia y no discriminación. Deberíamos exigir a estas plataformas que incrementen sus esfuerzos para eliminar contenido ilegal, como la explotación infantil y la promoción del terrorismo, mientras se reduce drásticamente su poder para restringir arbitrariamente el discurso legal.

Cuarto, necesitamos desmantelar toda la tóxica industria de la censura que ha surgido bajo el falso pretexto de combatir los llamados mitos y la desinformación. El gobierno federal debería detener inmediatamente la financiación de todas las organizaciones sin fines de lucro y programas académicos que apoyen este proyecto autoritario. Si se descubre que alguna universidad estadounidense ha participado en actividades de censura o interferencia electoral, como señalar contenido en redes sociales para su eliminación o listas negras, esas universidades deberían perder fondos federales de investigación y apoyo para préstamos estudiantiles federales por un período de cinco años, o incluso más.

También deberíamos promulgar nuevas leyes que establezcan penas criminales claras para los burócratas federales que se asocien con entidades privadas para burlar la Constitución y privar a los estadounidenses de sus derechos bajo la Primera, Cuarta y Quinta Enmienda. En otras palabras, privarlos de su voto. Y una vez que pierdes esas elecciones y una vez que pierdes tus fronteras, como ya nos ha pasado, ya no tienes país.

Además, para enfrentar el problema de las principales plataformas que han sido infiltradas por legiones de exmiembros del Estado profundo y oficiales de inteligencia, debería haber un período de enfriamiento de siete años antes de que cualquier empleado del FBI, CIA, NSA, DNI, DHS o DOD pueda tomar un trabajo en una empresa que posea vastas cantidades de datos de usuarios estadounidenses.

Quinto, ha llegado el momento de que el Congreso apruebe una Carta de Derechos Digitales. Esto debería incluir el derecho a un debido proceso digital. En otras palabras, los funcionarios del gobierno deberían necesitar una orden judicial para eliminar contenido en línea, y no simplemente enviar solicitudes de información, como el FBI estaba haciendo con Twitter. Además, cuando los usuarios de grandes plataformas en línea tengan su contenido o cuentas eliminadas, restringidas o silenciadas, sin importar el término que se use, deberían tener derecho a ser informados de lo que está sucediendo, el derecho a una explicación específica de la razón y el derecho a una apelación oportuna.

Adicionalmente, todos los usuarios mayores de 18 años deberían tener el derecho de optar por no recibir moderación ni curación de contenido y obtener un flujo de información sin manipular, si así lo desean.

La lucha por la libertad de expresión es una cuestión de vida o muerte para Estados Unidos y para la supervivencia de la civilización occidental. Cuando yo sea Presidente, este sistema corrupto de censura y control de información será arrancado de raíz. No quedará nada. Al restaurar la libertad de expresión, comenzaremos a recuperar nuestra democracia y a salvar nuestra nación.

Gracias y que Dios bendiga a América”.

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