El resultado de las últimas elecciones americanas ha evidenciado lo que muchos venimos diciendo: el conservadurismo es reaccionario. Esto, porque muchas veces no se sabe lo que hay que conservar hasta que viene alguien a destruirlo. Es en aquel momento donde los conservadores salen a defender las instituciones y las tradiciones que se están viendo atacadas. Y por primera vez en muchos años es gran parte de la juventud la que pretende conservar y no destruir.
Trump cautivó a los jóvenes, especialmente a los hombres y ese ha sido un punto clave para su campaña, con un margen de 14% por encima de los demócratas, según AP Vote Cast; y démosle crédito a Charlie Kirk, Ben Shapiro, Matt Walsh, Jordan Peterson y el resto de los iconos de Daily Wire, fichas claves para el convencimiento de la juventud.
Cada día hay más jóvenes conservadores, los cuales rechazan íntegramente los lineamientos progresistas de la izquierda. Gente joven que se opone a todo el sinsentido que existe hoy en el mundo.
Juventud que rechaza el boicot al arte. Que se oponen a los débiles mentales que tiran sopa a La Gioconda de Da Vinci o a Los Girasoles de Van Gogh, y que la BBC llama “activistas”. Que no se creen el cuento de Greta Thumberg y que saben que ella no representa la juventud mundial, por más que los medios de comunicación quieran que así parezca.
La juventud conservadora puede no hacerse viral en redes sociales, porque estas favorecen lo superfluo, lo denigrante, lo progresista, pero ahí están. Y en estas elecciones americanas se han sentido. Kamala, como buena progresista, los rechazó, se burló de ellos, se burló de la religión, mientras que Trump les abrió la puerta, y ahora vemos los resultados.
Sí, lo viral en estas semanas han sido los jóvenes demócratas llorando y gritando en redes sociales, pero no son ellos la mayoría, son solo parte del mainstream. Porque un joven orando, o defendiendo sus valores no obtiene los “likes” del progresista. Pero en el fondo no importa.
En el país donde el liberalismo progresista permite que un padre pierda la custodia de sus hijos por oponerse a “su transición de género”, ganó la cordura. Primaron los valores de lo bueno contra lo malo. Primó la conservación de la vida, porque si bien Trump no es un abierto pro vida, es gracias a su mandato que el aborto no es un derecho, porque Roe V.S. Wade cayó porque había que preservar la vida en el momento donde los progresistas quieren relativizarla.
Las juventudes conservadoras están creciendo en todo el mundo, pese a que los medios nos quieren decir lo contrario, miremos como en las últimas elecciones europeas en los 5 países con más eurodiputados (Italia, Alemania, Francia, España y Polonia) los menores de 30 votaron a favor de la derecha conservadora.
Miremos aquí en el Perú, pese a que la gran mayoría de peruanos somos católicos, o al menos cristianos, nos venden la premisa de que los jóvenes son solo los de la “Generación del Bicentenario” progresistas sin noción política alguna, que rechazan la religión. Pero si vemos los datos, nos damos cuenta que no es así.
Lo que debemos hacer, todos juntos, es despertar a todos los jóvenes conservadores que tienen miedo a pronunciarse. Porque la izquierda nos ha hecho creer que ser conservador es ser un retrógrado. Y ante ello muchos prefieren quedarse en silencio, pero no, todo lo contrario. Quienes deberían avergonzarse son los progresistas, que están de acuerdo con la mutilación de menores, y que maten a niños en el vientre materno. Los conservadores deben tomar el ejemplo de Estados Unidos y pronunciarse, apoyar lo correcto, defender sus valores para evitar así que el país sea tomado, que el mundo sea tomado por quienes no tienen principios. Que esto nos sirva de ejemplo para que veamos que no somos minoría y que la razón y la verdad, se encuentran de nuestro lado. Seremos impopulares ante los medios, pero como dijo Roger Scruton, si lo hacemos por una buena causa, esta será una garantía frente a la desesperación.