OpiniónDomingo, 24 de noviembre de 2024
Public Choice y las expectativas como consumidores y votantes,por Giovanni Bejar
Giovanni Bejar Ascencios
Coordinador de programas académicos sociales, económicos y políticos en la organización Una Nueva Generación

Toda expectativa en el comportamiento humano implica una serie de fenómenos que constituyen la motivación y disposición individual. En la esfera política y económica, las expectativas juegan un papel fundamental en la toma de decisiones individuales y colectivas. Según Lewin, las expectativas no son estáticas, sino que participan de un contexto dinámico donde los individuos se orientan hacia metas en función de lo que anticipan alcanzar. Esto implica que las decisiones no solo se basan en preferencias inmediatas, sino también en proyecciones sobre el futuro.

Por otro lado, la perspectiva de Vroom destaca la interrelación directa entre el esfuerzo, el desempeño y la recompensa. Esto se traduce en la forma en que los agentes políticos y económicos toman decisiones estratégicas al evaluar el costo y beneficio de sus acciones, considerando no solo sus intereses personales, sino también cómo estas decisiones impactan en el bienestar colectivo.

Además, la visión de Parsons subraya la importancia de las expectativas en la interacción social, donde los individuos actúan según roles sociales predefinidos. Este criterio es crucial para entender cómo las expectativas no sólo guían el comportamiento individual, sino que también contribuyen al mantenimiento del orden social y sus instituciones.

Sin embargo, la decadencia social, económica y política de nuestro país, subestima la importancia de conocer estas expectativas. Motivando a diversos individuos de la sociedad civil a adoptar roles de víctimas en espera de héroes y caudillos apoyados en fines supremos y/o teleológicos que erradiquen la corrupción y la pobreza.

La Escuela de la Public Choice, desarrollada por Buchanan y Tullock, provee valiosas herramientas para la comprensión de diversos fenómenos económicos y políticos que expanden y alimentan la corrupción y la pobreza. Para ello sintetizamos las diferentes expectativas, perspectivas y coincidencias encontradas en el mercado económico y político.

En la percepción popular y su razonamiento colectivo, el individualismo se asocia con ser egoísta, envidioso y rapaz, pero al explorar tal confusión, encontramos un axioma fundamental en la evolución histórica, el cual identifica como energía y motor de desarrollo a la creatividad y emprendimiento humano. A partir de ello, el individualismo no sería más que el conjunto de motivaciones, intenciones y razones que impulsan al ser humano a garantizar la vida social, económica y política, permitiéndole encontrar sentido y felicidad desde diversas subjetividades.

En la órbita del mercado, existe correlación entre las expectativas que interactúan en cada intercambio, puesto que, nadie espera pagar por un bien o servicio no recibido, como nadie espera ofrecer uno sin recibir su respectiva compensación. Veamos pues, que en la política el intercambio acontece entre votantes y candidatos a través de propuestas elaboradas luego de seleccionar problemáticas. A la par, votantes y contribuyentes de la sociedad civil configuran sus expectativas sobre la administración de los recursos recaudados, lo que influye en mecanismos y estrategias que los políticos aplican para ganar elecciones.

Hoy en día, observamos que los recursos demagógicos y populistas son eficaces porque aprovechan la ignorancia de la sociedad civil. A continuación, surgen nuevas preguntas sobre cómo las expectativas económicas y políticas se ven influenciadas por las instituciones, el costo de oportunidad y la descentralización. Temas que planteamos explorar y aclarar en trabajos futuros.

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