La Comisión de Justicia y Derechos Humanos ha aprobado un dictamen que llevará al Pleno del Parlamento el debate sobre la Unión Civil. Esta iniciativa, impulsada por el congresista Alejandro Cavero, busca establecer que la unión civil sea entendida como un acuerdo de voluntades, evitando así cualquier controversia sobre su relación con la concepción o constitución de una familia. Para profundizar en los detalles de esta propuesta y analizar su posible impacto en la sociedad, conversamos con el congresista Alejandro Muñante, miembro de la bancada de Renovación Popular.
¿En qué consiste la aprobación de este dictamen de Unión Civil?
Yo creo que es un proyecto nocivo y lo explico desde varias aristas. Hay un tema legal y jurídico, que es insalvable, que es un argumento que todavía no han podido vencer. El artículo 4 y 5 de la Constitución son bastante claros. Mientras que el artículo 4 habla de que el Estado tiene la finalidad de promover el matrimonio y proteger la familia, desarrollado el concepto de matrimonio en el Código Civil, donde dice claramente que es la unión voluntaria entre un hombre y una mujer, por su parte el artículo 5 de la Constitución política señala que la unión de hecho es la unión libre de un hombre y una mujer que no tengan ningún tipo de impedimento patrimonial. Es decir, la Constitución ha diseñado un modelo de composición que solo puede ser entre un hombre y una mujer. No lo digo yo, lo dice la Constitución política del Perú. De tal manera que la Constitución obviamente reconoce una realidad, y es que no todas las parejas desean casarse. Hay quienes solo se juntan, tienen hijos, por supuesto, y de tal manera que el Estado no puede quedarse indiferente frente a esa realidad, y lo que hace es reconocer esa realidad y le otorga cierta protección. ¿Por qué le otorga protección? Porque estas parejas que no desean casarse, pero que se juntan para tener un proyecto de vida juntos, tienen hijos, y son los hijos los que necesitan ser protegidos ante la separación. Entonces, el argumento principal de quienes quieren aprobar la Unión Civil es que amor es amor, déjenos amar porque hasta Dios amó. Bajo ese argumento, cualquier cosa puede ser amor, cualquier composición puede ser reconocida.¿Por qué? Porque ¿cuál es el límite del amor? Hoy el Estado regula sobre el amor, mañana regulará sobre el odio, pasado regulará sobre los resentimientos, etc. Entonces tenemos un Estado completamente totalitario que comienza a legislar sobre los sentimientos y eso no es lo que corresponde. Esta Unión Civil, lo que en la letra está diciéndonos, es que se está reconociendo a una nueva composición de pareja, que goza de un estatus civil, porque va a tener esa condición, que no está siendo reconocida en la Constitución. De tal manera que el argumento que nosotros establecemos es que si se quiere reconocer una nueva especie de Unión de Hechos fuera de lo que la Constitución establece, lo mínimo que tenemos que hacer jurídicamente es modificar el artículo 5 de la Constitución. Y eso no se está haciendo con esta norma de menor rango que está en la práctica modificando el artículo 5 de la Constitución. Ese es el argumento legal, digamos, un argumento que hasta el día de hoy no han podido vencer.
¿Qué tan grave es esto para nuestra sociedad?
Otro argumento es que el Estado, y como lo dice la Constitución, desde que hemos sido fundados como país, reconoce a la familia. ¿Qué significa reconocer? Que es una realidad preexistente al Estado. Es decir, la familia existía antes que exista el Estado peruano, ¿correcto? Entonces, por eso que la Constitución dice: el Estado reconoce, no dice, crea, ¿cierto? Solo reconocemos algo que ya existía, algo que precedía a cualquier autoridad en este país. Por tanto, ninguna autoridad, ningún congresista, ningún ministro, ningún presidente, tiene la facultad de modificar, darle un concepto siquiera a la familia. Por eso es que la Constitución no encuentra concepto de familia. O sea, no podemos nosotros modificar la familia, no podemos desnaturalizar la familia, no podemos suprimir la familia porque no es nuestra facultad. Además, otro sustento del tema es que si tú reconoces a la Unión Civil ahorita con estos derechos y obligaciones, le estás sacando la vuelta a la legalidad a nuestro país. Porque si vas a modificar la Constitución con una norma infraconstitucional, entonces esta ley de Unión Civil, que es una ley simple, ni siquiera es una ley orgánica, es una ley simple, es decir, votada por la mayoría simple del Congreso, entonces a esta norma tú le puedes ir más adelante agregando más derechos. Como, por ejemplo, la opción de menores. Y no hay nada que lo impida. Entonces ya no tienes que modificar el Código Civil. Ya no tienes que modificar la Constitución. Simplemente, modificas una ley simple, que es la Unión Civil.
Eso es lo peligroso y preocupante porque, de alguna, forma contraviene a la ley natural de la familia.
Claro, porque además el matrimonio también es un instituto natural, dice la Constitución, pero también es cultural. Es decir, forma parte de nuestra esencia. Es un pilar de nuestra naturaleza, de lo que somos. Es como, por ejemplo, las creencias religiosas. Yo, mañana más tarde, no podría suprimir la religión porque sería negar una parte esencial del Perú, ¿no es cierto? Igual es la familia, no la puedes suprimir, no la puedes modificar. Es parte de la cultura de nuestra nación. Si tú quieres cambiar eso, vas a tener que hacer algo por años. O sea, no se puede hacer de la noche a la mañana. Por eso es que cuando en algunos países donde se ha aprobado, por ejemplo, el matrimonio homosexual, ha venido una conflictividad enorme porque la población no ha estado preparada. Pueden hacer algunas otras modificaciones, el Código Civil lo permite, pero no bajo una figura subjetiva, algo que se quiera camuflar como si fuese un matrimonio cuando no lo es.
¿Considera usted que este tema de la Unión Civil ya es un debate absurdo, es un tema que no tiene ni pies, ni cabeza?
Bueno, no lo tiene ahorita, no lo tendrá nunca, porque no podemos, digamos, en circunstancias más propicias, tampoco deformar la Constitución o la familia. Ese debate no es bienvenido nunca. Tenemos tantas necesidades hoy como país como para estar debatiendo o enfrascándonos en una discusión tan innecesaria como esta. Yo creo que esto obedece más que nada un ego personal del congresista proponente, porque claro, en el 2015 este tema también se debatió. Lo propuso Carlos Bruce, que nunca llegó al Pleno porque se desnaturalizó y se quedó solamente en la Comisión de Justicia. Creo que el congresista proponente y autor de la iniciativa, lo que quiere es llevarse esa coronita de que al menos llegó al Pleno, pero en realidad es una ley gusanito, digo yo, como la canción, nadie me quiere, todos me odian, mejor me trago un gusanito, igualito. ¿Por qué? Porque la comunidad LGTB que sale a marchar cada junio de cada año tampoco quiere la unión civil. Entonces, aquí estás beneficiando a un grupito, un ego personal; en realidad, no podemos nosotros polarizar el país por egos personales.
No es la primera vez que se debate este tema de la unión civil. Es una discusión que al final terminan siendo una constante dentro del Parlamento en circunstancias que deberían ser más direccionadas para cosas importantes en nuestro país.
Claro, porque uno de los argumentos que he escuchado en el debate de la Comisión de Justicia es que este tema ya tiene 21 años, dicen los autores, ya tiene que aprobarse. No porque se discuta muchos años, ya tiene que aprobarse, eso es una falacia. Por ejemplo, el cambio de Constitución, la Asamblea Constituyente tiene hace años y no por eso debería aprobarse, entonces eso de por sí ya es una falacia. Y la otra falacia es que lo que se argumenta que estamos luchando por la igualdad de derechos, por el reconocimiento de derechos, pero en realidad eso también es una falacia. Lo digo de manera categórica porque ni el aborto ni el matrimonio homosexual son derechos. La institución del matrimonio no es un derecho, propiamente dicho. El Tribunal Constitucional ha señalado claramente que el matrimonio es una institución, no es un derecho. El tribunal Estrasburgo en Europa, cuando también discutió el tema del matrimonio igualitario, también señaló de manera tajante que el matrimonio homosexual no es un derecho y que será cada Estado, en su libertad, el que adopte o apruebe este tipo de iniciativas. Entonces no es un derecho. Por tanto, si no es un derecho, no estamos hablando de ningún campo de desigualdad. El matrimonio es una institución que tiene presupuestos y quien quiera acceder a él tiene que cumplir los presupuestos. Igual como, por ejemplo, la patria potestad también es una institución. Yo, para acceder a la patria potestad, lo mínimo que tengo que tener son hijos, ¿no es cierto? Tengo que tener hijos o tengo que adoptar uno. No puedo yo creer que tengo el derecho a la patria potestad si soy un hombre soltero sin hijos. Es imposible. Entonces hay instituciones que han sido diseñadas para cumplir una finalidad pública y para acceder a ellas necesitas cumplir con requisitos. Porque si fuese un derecho el matrimonio, todos tendríamos derecho a él. Entonces, ¿qué pasaría si yo le propongo a mi novia que se case conmigo y me diga que no? ¿Qué está yendo en contra de mi derecho al matrimonio y por eso la tengo que denunciar? No puede ser. Entonces, no es como lo pintan y por esa razón es que es importante aclarar esos conceptos.
Congresista, hay algo interesante que usted mencionó y que me llamó mucho la atención es el tema de que si se aprueba esta ley puede haber la facilidad mañana más tarde de que se apruebe un beneficio para ellos que es la adopción de niños. Que es algo preocupante.
Claro que sí. Y es que, como te digo, cuando se legisla sobre temas de familia, lo que se procura es proteger el interés superior del niño. Si tú te das cuenta y revisas toda la legislación en cuanto al matrimonio, que es difícil o debería ser un poco difícil acceder al divorcio después de haberte casado. El tema de la pensión de alimentos. La patria potestad. El régimen de visitas. ¿No es cierto? Todo está diseñado para proteger a la prole. O sea, el Estado ha diseñado el matrimonio para no ser disuelto y, si tú quieres disolverlo, tienes que cumplir también ciertos requisitos para poder disolverlo. No puedes decir de noche a la mañana y me quiero divorciar, y punto. Tienes que cumplir ciertos requisitos porque lo que se procura es salvaguardar la familia. Entonces, evidentemente, esto es así y cumple, como te digo, la función de la subsistencia del Estado. Yo estuve, gracias a Dios, en algunos países de primer mundo como en Corea del Sur, la ciudad de Seúl y ahí hay un problema grave y es que no están naciendo niños. Entonces, ellos están con la pirámide invertida. Tú sabes bien que los tres elementos que conforman un Estado son territorio, población y poder. Y si la población está decayendo, ¿cómo asegura la subsistencia del Estado? ¿Cómo te aseguras de que acá cien años tu país siga existiendo? O de repente ya se volvió un país de inmigrante porque las mujeres en tu país decidieron no tener hijos. Entonces, es una preocupación y en Corea del Sur, por ejemplo, hasta le están pagando a las mujeres para tener hijos. En otros países les liberan los impuestos. ¿Por qué? Porque se han dado cuenta del terrible problema que es reducir las tasas de natalidad. Entonces, por eso, que los Estados, estos Estados que en un momento abrazaron el progresismo, se dieron cuenta, pues que estaban haciéndose haraquiri, y hoy estamos promoviendo el matrimonio, promoviendo la natalidad porque están preocupados. Entonces, evidentemente, si es que el Estado regula y protege a la familia, es para asegurar la subsistencia del Estado. Y las parejas homosexuales tienen toda la libertad de poder juntarse, de poder desarrollar su vida junto, de poder hacer como quieran, ¿no es cierto? Nadie los impide aquí en el Perú, al menos no los sancionamos, no los perseguimos, como se ocurre en otros países, donde por cierto nadie hace huelga, ¿no? Pero no son, pues, relaciones que puedan tener una finalidad pública. A nadie le interesa lo que estas dos personas hagan en sus cuatro paredes, ¿no es cierto? Por eso les vamos a otorgar derechos y obligaciones, ¿no? Claro.
Esta iniciativa lo aprobó la Comisión de Justicia y Derechos Humanos. ¿Qué procede? ¿Debatirlo en el pleno? ¿Cómo va a funcionar ese tema?
Sí. Lo que procede, según el reglamento, es que tiene que pasar primero siete días después de aprobado en la Comisión de Justicia para que esté expedito de ser agendado en el pleno. Pero para que sea agendado en el pleno, necesita que un congresista vocero pueda solicitar su priorización en la agenda del pleno en una junta de portavoces. Junta de portavoces que debería suceder la próxima semana. Pero si, por ejemplo, nos llaman a junta de portavoces el día lunes o martes, todavía no se cumplen los siete días hábiles para que este proyecto pueda ser agendado, a no ser que pida una exoneración del plazo de publicación. Estos temas técnicos son importantes que se sepan, porque para que más o menos podamos entender cuándo podría entrar. Si se pide exoneración, podría entrar la próxima semana. Si no se pide exoneración, tendría que estar recién la próxima, la subsiguiente, la quincena, la última semana de la legislatura. Y si no se pidió nunca su priorización, ya estaríamos hablando a partir de marzo, abril del siguiente año.
¿Entonces hay para rato sobre este tema?
Yo quisiera, si a mí me lo preguntas, yo quisiera que este tema se zanje este mes. Sí, quisiera que se debata en el pleno la unión civil para, de una vez, digamos, matar este tema para que no quede vivido como se dice en el pleno, porque podría ser luego activado por otros.
¿Considera usted o cree usted que este proyecto una vez que pase a pleno tenga futuro no tenga futuro? ¿Cómo lo ve usted desde su perspectiva dentro del parlamento?
Mira, yo creo que el congresista Cavero ha hecho o ha traído más de un dolor de cabeza a varias bancadas. Yo creo que no la vieron venir, menos Fuerza Popular que se dividió; tienen dos posiciones encontradas bastante insalvables: hay bancadas como Acción Popular que también se han dividido por este tema. Hay partidos que se han dividido con sus bancadas como Avanza País. Una cosa es el partido, otra cosa es la bancada. Ya nos dimos cuenta de que, mientras el partido apoya a la familia, la bancada dice que apoya el proyecto del congresista Cavero.
¿Renovación Popular si está tangible con el apoyo de la familia?
Nosotros sí, ya es parte de la mística también de Renovación Popular el presidente partidario el señor Rafael López Aliaga ha señalado públicamente que el voto de la bancada va a ser en contra y en bloque, y eso se va a ver reflejado justamente en la votación de tal manera que no le avizoro buen futuro a la Unión Civil en el pleno del Congreso ojalá que eso se cumpla y podamos verlo, repito, lo más pronto posible porque yo ya quisiera salir de este tema.
Nos han visto, en función a este tema de la Unión Civil, como un país arcaico un país retrasado y nos comparan con países del primer mundo que sí aplican esta medida con Estados Unidos y Corea del Sur.
Eso, además de ser una falacia de autoridad, también es una desinformación porque hay países del primer mundo que no tienen regulado este tema como China, por ejemplo, Rusia. Son países del primer mundo, ¿quién podría negar eso? Y ellos no tienen regulado esto, recordemos que de estos países del primer mundo, como los europeos, también vino el marxismo, vino el fascismo, entonces no por ser europeos vamos a copiarlos todo. Lo que creo que hay que hacer es hacer respetar nuestra soberanía, nuestra propia identidad y nuestra cultura para poder digamos legislar por peruanos y para los peruanos y no necesariamente dejarnos llevar por las corrientes que ocurren en otros lares. Yo creo que el Perú, junto con Paraguay, junto con El Salvador, Guatemala, hasta Panamá y República Dominicana, son los que están dando la hora; son bastiones provida, pro familia y creo que son justamente los países que están siendo más atacados en estos momentos.
Mencionó que el congresista Cavero ha significado un dolor de cabeza para el Congreso de la República por todo esto que ha salido ¿a qué nos referimos con eso?
Sí, mira, yo creo que, como te digo, está siguiendo un tema muy personal, evidentemente es una ley que le beneficia directamente y eso es algo que de por sí ya no deberíamos ver si es que entra o no en un campo de lo ético, ¿correcto? Pero a ver ellos, al menos el congresista en mención se afana de ser muy liberal, ¿no es cierto? Sin embargo, no tiene nada de liberal el hecho de permitir o darle la venia para que el Estado regule sobre los sentimientos de las personas. Si hoy legisla sobre el amor, mañana legislará sobre el odio pasado, legislará sobre el resentimiento y después legislaremos sobre no sé sobre la nostalgia, entonces vamos a tener en el Estado, un Ministerio de la Verdad. Entonces, ¿qué de liberal tiene eso? Absolutamente nada, y es más en todos los países donde se ha aprobado el matrimonio igualitario o el aborto han sido por la fuerza coercitiva del Estado de tal manera que es el Estado quien solvente esas agendas y si alguien se opone utilizando sí su libertad a la conciencia libertad de religión libertad de pensamiento libertad de expresión son simplemente sancionados perseguidos hasta encarcelados ¿por qué? Porque están yendo supuestamente en contra de derechos, ¿no es cierto? Entonces ¿qué de liberal tiene eso? Evidentemente, no tiene nada, yo creo que aquí es importante utilizar este tema para descubrir estos falsos discursos liberales que en realidad son enteramente progresistas y que lo único que buscan es imponer las fuerzas coercitivas del Estado pobrecita.
¿Esto es sí perjudicial para nuestro pais?
Claro, pero también es una llamada de atención, ¿no? Creo que esto debe servir para darnos cuenta de que hay una agenda progresista en ciernes que tenemos que despertar. Thomas Jefferson dijo que el precio de la libertad es su constante vigilancia de mantener un país invicto, un país provida y pro familia como el Perú, donde no hay ninguna ley de identidad de género, aborto, matrimonio homosexual, vientres de alquiler, eutanasia, etcétera. No tenemos nada de eso entonces mantener un país así cuesta y cuesta vigilancia, cuesta salir a las calles. No es la primera vez que vamos a salir a las calles o que hemos salido a las calles a defender la familia a los niños, ¿no es cierto? Esta vez una vez más vamos a tener que salir a las calles este sábado 7 de diciembre a la marcha por la vida y la familia, no a la unión civil. Entonces necesitamos ser ese país activo, no pasivo, no inerte, sino un país activo, prolijo que esté con una gran disposición de poder seguir manifestándonos en contra de estas arremetidas ideológicas, así que ya está la cita para el sábado 7 de diciembre, así que los esperamos a todos.