La reforma política impulsada por Martín Vizcarra y la Comisión de Alto Nivel, presidida por Fernando Tuesta Soldevilla, son los responsables de que el número de partidos políticos se haya multiplicado.
Con un electorado superior a los 26 millones, el país observa cómo los requisitos laxos para la formación de partidos políticos, ha incentivado el surgimiento de numerosos "vientres de alquiler" que en los próximos comicios generales 2026 ofrecerán a centenares o incluso miles de advenedizos un lugar en sus listas parlamentarias.
Hoy no se requiere de un programa de gobierno, ni de un ideario o filosofía política, por el contrario todos estamos comprobando como si se tratara de un emprendimiento personal, supuestos líderes han logrado la inscripción de nuevas agrupaciones políticas ante el Registro de Organizaciones Políticas, como si se tratara de alcanzar el ansiado sueño de la "casa propia".
El Jurado Nacional de Elecciones, hasta hace poco presidido por el cuestionado magistrado Salas Arenas, ha dado trámite y supuestamente fiscalizado la inscripción del número de militantes y la existencia de Comités Regionales y Provinciales a lo largo del país. Hace años la Ley de Partidos Políticos fue aprobada durante el gobierno de Alejandro Toledo, bajo el auspicio del entonces Jefe de la ONPE, Fernando Tuesta Soldevilla. Históricamente los partidos políticos no necesitan de leyes para existir, por el contrario las leyes y reglamentos han "burocratizado" el ejercicio de la política, pasando a un segundo plano el papel de los militantes y la adhesión de éstos a ideales y programas de gobierno.
Los organismos electorales como el JNE y la ONPE, hoy cuentan con un número indeterminado de funcionarios y trabajadores, para supuestamente controlar y fiscalizar a los partidos ya inscritos o de lo contrario otorgar la partida de inscripción a las nuevas organizaciones políticas. Todo es una farsa, como ocurrió en el 2021, cuando el Jurado Nacional de Elecciones autorizó la inscripción de la señora Dina Boluarte como candidata a la Vicepresidencia de la República, a pesar de haber dispuesto a la vez su exclusión de la lista parlamentaria de Perú Libre. A la par el 2021, el JNE permitió que el vacado e inhabilitado Martín Vizcarra postule en la lista parlamentaria del partido Somos Perú.
La política como emprendimiento, como oportunidad laboral o como vía para llegar al poder con claros propósitos de hacer uso y abuso del erario nacional. Hoy un partido político sólo requiere de 25 mil militantes, con todo derecho nos podemos preguntar, si las decenas de partidos políticos tienen esa cifra de militantes activos. Estoy seguro que si de una manera aleatoria se realizara una auditoría electoral, podría determinarse que los supuestos militantes, no cumplen con esa condición. Los supuestos militantes, tal vez ni siquiera recuerdan que se han inscrito en determinado partido.
El sistema político y el sistema de partidos políticos en el Perú ha sido precarizado por supuestos especialistas que han actuado intencionalmente para alentar el caos y la confusión electoral. Para la inscripción de un partido político son contratados "especialistas" con formación en Ciencia Política o con experiencia como militantes de partidos ya inscritos. Si es posible dar vida a una empresa o una sociedad abierta o cerrada, actualmente es posible dar nacimiento a una nueva agrupación política.
En el actual Congreso, los grupos parlamentarios se han escindido, formándose más de diez bancadas. El transfuguismo está vigente y es visto como un derecho. La democracia norteamericana con dos grandes partidos políticos, ha dado estabilidad al sistema político, más allá de coyunturas y adversidades nacionales o internacionales, que afronte el país.
El próximo 20 de enero prestará juramento el electo presidente Donald Trump para un período de cuatro años. Por su parte en el Reino Unido, hace poco el histórico partido Laborista ha asumido el gobierno, sin que ello signifique un riesgo institucional para el sistema político inglés.
El Perú requiere de partidos con ideario y filosofía política, cuyos militantes sean capaces de debatir política e ideológicamente con sus oponentes. En un escenario internacional cambiante, el Perú no puede pretender crecer sostenidamente, si no es capaz de construir un sistema de partidos políticos, cuyos militantes sigan ideales, tengan un sentido de identidad y compromiso con su organización política. Si partidos como el APRA fue capaz de sobrevivir a largos períodos de proscripción política, se debió a la convicción y lealtad de su militancia. En los años ochenta con la presencia de Acción Popular, el Partido Popular Cristiano, la Izquierda Unida y el APRA se vislumbraba la formación de un sistema de partidos políticos. La victoria de Alberto Fujimori en 1990 y el autogolpe del 5 de Abril 1992, representaron el fin de la carrera política de más de una generación de políticos formados profesional y políticamente. La existencia de una sola Cámara y la aprobación de un nuevo Reglamento del Congreso, pretendieron abreviar y simplificar la labor parlamentaria. La existencia de decenas de partidos, no representa un avance institucional.
Creo que el periodismo de investigación podría realizar una investigación periodística breve, sobre la inscripción de tantos partidos políticos, ¿Alguna vez la señora Lee de Somos Perú ha concedido una entrevista a un medio local, sabemos algo de la trayectoria política de la Presidenta de un partido político que cuenta con bancada parlamentaria, con Alcaldías y Gobiernos Regionales?
No debemos olvidar que el partido Podemos liderado por José Luna Gálvez tiene causas pendientes en el Poder Judicial, ni tampoco olvidar la existencia de "los Niños de Acción Popular". APP formada bajo el influjo de la Universidad César Vallejo, demuestra cómo es más fácil organizar un partido político que cuenta con solvencia financiera y a la par ofrece profesionalizar a sus militantes, sin imponer una valla académica alta. Por otro lado, la minería ilegal y el narcotráfico tienen directa relación con el financiamiento de determinados partidos políticos, como es cierto que aportes privados no siempre transparentes han financiado campañas electorales. La trama de Odebrecht no ha sido ajena a la vida de los partidos políticos en los últimos lustros. La política como ciencia, debe ser instrumento al servicio de causas superiores compatibles con la defensa de la libertad. Es bueno recordar que el velasquismo desde el SINAMOS, satanizó a los partidos políticos, tampoco olvidar que la supuesta obstrucción de la llamada "partidocracia" fue la causante principal del golpe del 5 de Abril 1992 perpetrado por Alberto Fujimori. Por cierto tampoco debemos olvidar que en los últimos años el "Equipo Especial Lavajato" del Ministerio Público se esmeró en etiquetar como "organizaciones criminales" a diversos partidos políticos, particularmente Fuerza Popular. Es el momento de poner fin a los "vientres de alquiler" en política. La lealtad a los partidos políticos por parte de sus militantes debe ser encomiada y reconocida.