A vísperas de recibir la Noche Buena, la escalada de crímenes, sicariato y extorsión, enlutan las casas de los peruanos a nivel nacional.
Hasta el 30 de noviembre se han registrado 1829 homicidios en todo el país, superando así las cifras de todo el año 2023, cuando se reportaron 1431 muertes de este tipo. Señores, batimos un récord: este año se ha convertido en el más feroz y cruento de los últimos ocho.
Dos estados de emergencia, en La Libertad (Trujillo, Pataz y Virú) y Lima Metropolitana (14 distritos). Según el Sinadef, las dos regiones que reportan más homicidios.
Nos desangramos. La impasibilidad del Ministerio del Interior, la tibieza de la administración de Boluarte por frenar esta metástasis y el temor evidente de los ciudadanos nos presenta un diciembre con disgustos, temores y resentimientos.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
¿Dónde está el Estado? ¿Quién nos defiende? ¿Por qué tanta impunidad? Thomas Hobbes, filósofo inglés, creía que las transgresiones sobre el contrato social menoscaban la legitimidad del Estado. Frente a la incapacidad de garantizar justicia y la preservación del derecho, cuando el caos supera el orden, la condena es perpetua.
La impunidad corroe la percepción social sobre las instituciones. El diálogo racional que proponía Habermas entre los ciudadanos y el Estado, en la cual la rendición de cuentas fomenta la eficacia en el contrato comunicativo, en un Estado fallido lo que se acrecienta es el rechazo del pueblo hacia el aparato estatal por “falta de atención” a los reclamos sociales. Se quiebra la democracia.
La convulsión social, el impacto de la violencia, la evasión de la justicia y el agravio hacia la dignidad humana ponen al país en un estado de emergencia crónico. La historia se repite, ¿verdad?
Se gesta un terreno fértil para, a través del discurso político, exacerbar las diferencias sociales, énfasis en la desatención en términos de seguridad y a la escasez de oportunidades. El nacionalismo asoma. Cuidado.
Faltan 16 meses, aproximadamente, para las elecciones. El Perú sufre. Políticos mercenarios. Adiós a los luchadores sociales. Poder seductor. Dinero a costa de otros; plata por vidas. Primero yo, luego yo.
Diciembre de 2024. 1829 razones para no celebrar. Esperanza y fe, lo que nos queda. Lucha, lo que nos queda. Lágrimas, el costo.