OpiniónDomingo, 30 de marzo de 2025
Filtraciones en el chat, por Víctor Andrés Belaunde Gutiérrez

Esta semana se produjo el primer gran auto gol del gobierno de Trump.

En estos tiempos de modernidad, ni siquiera las grandes discusiones relativas a la ejecución de operaciones militares evaden la utilización de aplicaciones de redes sociales. La única diferencia es que no usan WhatsApp, sino Signal, aplicativo que se supone garantiza altos niveles de encriptación y que no guarda copias de los mensajes intercambiados. Por ese motivo es empleado no sólo por el gobierno de EE.UU. (que lo tiene preinstalado en los equipos que entrega a sus más altos funcionarios) sino también por empresarios y profesionales necesitados de comunicaciones seguras. Por ese motivo, en algún caso, un colega mayor me pidió comunicarnos por esa vía.

Sucede que, por alguna circunstancia aún desconocida, alguien agregó a la lista de miembros de un chat creado por el Asesor Nacional de Seguridad al periodista Jeffrey Goldberg, director de la publicación pro demócrata The Atlantic y rabioso opositor de Trump. El chat se creó para coordinar aspectos políticos e intercambiar puntos de vista respecto del entonces inminente operativo militar contra los Hutíes.

En un primer momento se quiso convertir el dislate en un escándalo sobre filtración de información reservada y manejo irresponsable de esta, lo que no corresponde a la realidad. Aunque la metida de pata es real, siendo uno de esos descuidos que no deben ocurrir, sus circunstancias exactas más análisis. Hay quienes sugieren que fue un sabotaje.

En todo caso, de la lectura de las transcripciones del chat se desprende que más que revelar secretos de estado (uno de los aspectos que se han resaltado es que, al iniciar el chat, el Asesor Nacional de Seguridad advierte, usando una jerga especial, que la información clasificada llegará por el conducto informático regular y que debían revisar sus bandejas de entrada respectivas), lo que verdaderamente se divulga es el pensamiento de los principales miembros del gobierno en política exterior y defensa. Es conciso pero muy interesante.

El chat desprende un cierto contrapunto entre el Vicepresidente y el resto del gobierno, con algunos funcionarios manteniéndose neutrales en el debate central. Vance se opone inicialmente al operativo, aduciendo que sería inconsistente con la política actual de Trump frente a Europa ya que serían ellos los principales beneficiarios de esta acción. Sustenta este punto de vista diciendo que el cierre del Mar Rojo a la navegación comercial tiene un impacto marginal en el comercio estadounidense.

Sobre este punto, es educadamente refutado, tanto por el Secretario de Defensa como por el Asesor Nacional de Seguridad. El segundo de los nombrados explica que la afectación es más profunda y difícil de medir ya que las economías están entrelazadas, que es un interés fundamental de los EE.UU. mantener las rutas comerciales abiertas; y, por último, que sólo los EE.UU. pueden llevar a cabo este operativo. El Secretario de Defensa señala argumentos parecidos, enfatizando el aspecto político diciendo que esto fue un desastre heredado por Biden y la conexión iraní. Al final, Vance se pliega a la posición mayoritaria y apoya la decisión de seguir adelante con el ataque, el cual fue exitoso y sin bajas estadounidenses.

Pues bien, el señor Vance, hombre joven de sólo 39 años, tiene un historial de vida encomiable e interesante. Surgió desde los sectores más deprimidos y castigados de la sociedad gringa. Creció en un pueblo de Ohio, esas pequeñas ciudades antaño pujantes que, por la decadencia de ciertas industrias tradicionales como el acero, cayeron en decadencia. Su madre consumía drogas y él podría haber pasado a integrar las estadísticas del fracaso y la desintegración social, pero, por sus méritos, no fue así. Escogió enlistarse en los Marines y después, aprovechando los beneficios para quienes lo hacen, ingreso a la Universidad de Yale, hizo una pequeña fortuna y se metió en política.

En suma, el señor Vance representa una de esas historias de éxito en contra de las posibilidades aparentes en las que su país se especializa.

Sin embargo, Vance, por su origen y extracción, para compartir la visión de unos Estados Unidos insulares, desconectado de los problemas del mundo y que ve con desconfianza y casi desprecio las sofisticaciones cosmopolitas. Este debate parecía que quedó zanjado con el ingreso de los EE.UU. a la Segunda Guerra Mundial, pero estas corrientes, por su origen cultural, están enraizadas y resurgen de tiempo en tiempo. Los comentarios de Vance y su actuación en diversos frentes parecieran reflejar esta situación. La otra característica de Vance es que es un hombre muy joven. Sólo tiene 39 años y está en la cima del poder del mundo. Un camino demasiado rápido a la cima tiene sus bemoles. Quizá estos dos factores expliquen la aparente impetuosidad que mostró con Ucrania.

La impresión de este escribidor es que Trump estaría probando si Vance puede ser el heredero de MAGA, si tiene las características correctas para ello. Quizá por ello Vance no insistió cuando vio que su postura era minoritaria y que quizá también estaba alejada de lo que quería Trump. Pienso también que Vance está acumulando muchas resistencias y haciendo ver a Trump moderado y prudente en comparación. Esto, sino lo modula, podría pasarle factura cuando se elija al candidato republicano para las elecciones del 2028. En los próximos meses y años iremos descubriendo si lo que sostengo es real.