Recuerdo la primera vez que voté. Tenía 19 años. Era la primera vez que los que tuvieran 18 años o más, podíamos votar, gracias a la nueva Constitución de 1979. Existía en el país una gran expectativa ya que después de doce años de dictadura militar ¡volvíamos a la democracia! 1980 fue un año muy importante para el Perú, pero también para mí. Acababa de ingresar a la Universidad Católica a estudiar a la Facultad de Derecho, pero antes se estudiaba -como hasta el día de hoy- dos años de Estudios Generales Letras. El ambiente en la universidad, especialmente en la Facultad de Letras, era muy movido, los debates entre los candidatos de los diversos partidos que se presentaban y sus simpatizantes eran muy álgidos y hasta violentos, debates y discusiones especialmente entre partidos de derecha como Acción Popular y el PPC con agrupaciones de izquierda. El APRA, partido de centro, no era relevante en la PUCP. De acuerdo con el libro “Perú 1980: elecciones y planes de gobierno”, publicado por el Centro de Investigaciones de la Universidad del Pacífico, unas semanas antes de las elecciones programadas para el 18 de mayo de 1980, quince partidos se presentaban con sus correspondientes candidatos. Quince candidatos en aquel momento era un número muy elevado y todo el mundo se espantaba de ello. ¡Imagínense hoy con más de cuarenta y un partidos y candidatos inscritos!
Hace unos días, la señora Boluarte en un mensaje a la nación desde Palacio de Gobierno, convocó a elecciones generales para el 12 de abril de 2026. La convocatoria fue realizada en presencia de los máximos representantes del sistema electoral peruano: el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) Roberto Burneo, el titular de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) Piero Corvetto (el mismo cuestionado funcionario de las elecciones pasadas) y la jefa del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), Carmen Velarde.
En su discurso Boluarte declaró que, con los próximos comicios, el Perú “superará la crisis de inestabilidad y encaminará su futuro hacia un desarrollo más sólido y confiable”. Así mismo reafirmó su compromiso con la democracia y la transparencia, subrayando que el proceso electoral se llevará a cabo en un ambiente de total legitimidad y con un claro enfoque en la estabilidad política del país.
Es irónico que la señora Boluarte nos hable de “democracia”, “transparencia”, “legitimidad” y “estabilidad política”, cuando ella misma postuló a la primera vicepresidencia de la República, sin haber renunciado seis meses antes de la fecha de la votación, como claramente señala la ley electoral, para poder ser candidato, pues ella era funcionaria pública en la RENIEC. Ella misma lo reconoció públicamente, declarando que no podía dejar de trabajar. En otras palabras, violó la ley electoral descaradamente y asumió funciones como vicepresidente de manera ilegítima y, peor aún, luego asumiría, también por ende de manera ilegítima, la presidencia de la República. De allí que su nombramiento como primera vicepresidenta y luego el de presidente, fueren nulos de pleno derecho. Adicionalmente a ello, cabe recordar como la misma plancha presidencial de Perú Posible era nula de pleno derecho al presentarse a la segunda vicepresidencia Guillermo Bermejo con una condena penal vigente, así como el mismo Pedro Castillo, el cual había llenado de manera incompleta su declaración jurada, ocultando información patrimonial. Con todos estos antecedentes de ilegalidades, el JNE de Salas Arenas igual nombró presidente a Castillo y luego del intento de golpe de Castillo, a Boluarte. Toda una cadena de nulidades e ilegalidades. Y con todos estos antecedentes, ¿la señora Boluarte nos habla de “transparencia”, “legitimidad” y “estabilidad política”? ¡Por favor! Asimismo, ¿Nos promete un país en donde, gracias a las elecciones, se superará la crisis de inestabilidad y nos encaminaremos a un futuro con un desarrollo más “sólido y confiable”? ¿Por quien nos ha tomado esta señora? ¿Pensará que los peruanos somos tontos a los que nos pueden tomar el pelo así de fácil y prometernos tres tonterías?
De otro lado, en su mensaje, Boluarte también señaló que los ciudadanos peruanos tendremos la oportunidad de elegir al próximo “presidente o presidenta” de la República, así como a los congresistas del nuevo Congreso bicameral y a los representantes ante el Parlamento Andino. ¿De verdad elegiremos libremente un presidente? ¿Así como sucedió en las pasadas elecciones, nada transparentes, en donde se nos impuso un presidente, luego de ocultarse y no mostrarse públicamente las actas con los resultados electorales, actas que fueron fraguadas, adulteradas y en donde además votaron, por ejemplo, miles de fallecidos o menores de edad?
Ya en el colmo del sarcasmo -¿o burla quizá?- Boluarte tiene el cuajo de declarar que “los peruanos tienen una cita con la historia y, en este proceso, se elegirá a las autoridades en unas elecciones limpias, transparentes y ordenadas”. ¿Limpias, transparentes y ordenadas como en las pasadas elecciones las cuales no fueron nada limpias ni transparentes ni ordenadas y en donde Castillo, Boluarte y su partido Perú Libre resultaron favorecidos?
La verdad cuesta mucho creerle a la señora Boluarte (personalmente no le creo nada). Así mismo indicó que su gobierno “colaborará estrechamente con lasinstituciones electorales para garantizar que se cumplan todos los procedimientos de manera adecuada y para asegurar que los resultados del proceso sean incuestionables”, precisamente todo lo que no se hizo en las últimas elecciones en las que ella y su partido fueron favorecidos. Boluarte afirmó que “será nuestra prioridad asegurar que el proceso electoral se lleve a cabo sin ninguna dificultad, garantizando la transparencia y la legalidad de los resultados”. ¿Será posible ello sin una reforma a fondo del JNE y de la misma ONPE, en donde aún trabajan muchos de los funcionarios que permitieron tantas nulidades e ilegalidades en las elecciones pasadas? ¿Nos cree tan ilusos la señora Boluarte a los peruanos que vamos a creer en su declaración, en el sentido que las elecciones pondrán, casi como por arte de magia, “fin a la inestabilidad que ha llevado al país a tener seis presidentes en tan solo pocos años”? ¡Pero si ella fue y es parte de la inestabilidad! Basta ver su nivel de desaprobación en las encuestas.
Cabe mencionar que hasta el próximo 12 de abril el Congreso tiene plazo para realizar las reformas que crea conveniente en las normas electorales vigentes. Así mismo, el padrón electoral para las elecciones generales de 2026 en Perú se cerrará el 12 de octubre de 2025. Esperemos que el voto de los fallecidos, y de los menores de edad no se imponga, tal como sucedió en las pasadas elecciones. Son 27 millones 400 mil peruanos los invitados a votar en los próximos comicios. El JNE ha reafirmado su compromiso de garantizar un proceso electoral transparente y eficaz. ¿Le creemos, tomando en cuenta lo sucedido en las elecciones pasadas?
En todo caso, se nos viene un proceso electoral con más de cuarenta y un partidos y candidatos inscritos. ¡Todo un sancochado electoral! Candidatos como cancha, en donde la representatividad se verá muy afectada pues un candidato podrá salir electo con un porcentaje muy bajo de votos, con lo cual representará realmente a muy pocos. Peor aún luego de una segunda vuelta. Esperemos que las autoridades electorales -ahora sí- actúen respetando la ley y buscando realmente un proceso limpio y transparente, pero, como bien dijo alguien por ahí… si los que cuentan los votos son los mismos… ya sabemos cómo terminará esta comedia. Nadie quiere un Castillo 2. Esperemos que no sea así y que realmente tengamos un proceso electoral bien estructurado, limpio y transparente. En este caso, con el perdón de mis amables lectores, me identifico con el apóstol santo Tomás: ¡Ver para creer!