OpiniónDomingo, 6 de abril de 2025
Ideología a la fuerza, por Sergio Alva
Sergio Alva
Periodista de El Reporte

Esta última semana, una fuerte polémica embargó al Congreso de la República, fomentada por la congresista caviar Susel Paredes, quien, fiel al estilo neocomunista, pretende no solo imponer una agenda, sino una ideología progresista que contraviene el orden natural de las cosas y de la vida misma.

El Congreso nuevamente aparece en el ojo del huracán, luego de que la legisladora —que llegó a su curul de la mano del nefasto Partido Morado— invitara a personas que, siendo varones, se identifican como mujeres por el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero. Pero eso, precisamente, no fue el problema. El tema se desarrolló a partir del accionar de uno de estos sujetos que, de manera beligerante, ingresó a los servicios higiénicos de uso exclusivo para mujeres que laboran y se encuentran en el Parlamento.

Evidentemente, este hecho generó indignación en las personas que trabajan en el Congreso, así como también en los mismos legisladores, quienes exigen que situaciones como esta no vuelvan a repetirse. Sin embargo, Paredes, intentando nuevamente imponer a la fuerza su idea progresista —altamente equivocada— declaró que, si se repite un hecho similar, solo se cerciorará de que su invitado cierre la puerta.

De todas maneras, estas declaraciones de Paredes representan una ignorancia frente a las buenas costumbres y a lo natural de las cosas, exponiendo así no solo a las mujeres que trabajan en el Congreso, sino también a las niñas que acuden al Poder Legislativo en excursiones escolares para conocer las instalaciones de lo que debería ser una de las instituciones más respetadas del Estado.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que esta clase de legisladores impongan de manera ligera y absurda sus ideologías, que en lugar de generar productividad en nuestro país, generan división y polémicas innecesarias sobre un tema que ni siquiera es prioritario para nuestra realidad?

Lo más absurdo de todo esto es que el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, está evaluando la creación de un baño neutro en el Legislativo, algo que no solo contradice la biología humana, sino que también le costaría dinero al Estado, ya que demandaría la reestructuración de una parte del Parlamento, además de la compra de nuevos inodoros y demás artículos para la implementación de estos servicios higiénicos.

¿Por qué, en lugar de cumplirle el capricho a los caviares, no usan ese dinero para mejorar los colegios y hospitales del Perú? Eso es lo que verdaderamente importa, no hacer sentir mujer a alguien que biológicamente es hombre, y viceversa. El Perú tiene temas más urgentes que tratar, más allá de visibilizar a una comunidad que se dice invisible porque no se les reconoce como desean ser reconocidos. Lo claro de todo esto es que ya se les reconoce como ciudadanos, y eso es lo único que importa; lo demás ya es puro capricho.

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