OpiniónMartes, 19 de agosto de 2025
La otra “amnistía”, por José Luis Gil
José Luis Gil
Analista político y ex GEIN

Luego de la promulgación de la Ley de Amnistía que beneficia a Militares, policías y CSDs que lucharon contra el terrorismo librándolos de prisión y de procesos judiciales eternos, salieron en tropel caviares de todos los pelajes y desde todas sus “guaridas”, tanto los enquistados en el sistema de educación, de justicia, medios de prensa, internacional, político y otras, como sus corifeos, desorientados e influencers yaperos, tratando de desacreditar la norma y amenazando que ya casi casi el Perú era “paria” en el ámbito internacional. Tranquilos muchachos, no pasa nada.


Como es obvio, los caviares han salido en sus medios predilectos deshaciéndose en “sustentos” jurídicos nacionales e internacionales (creados por ellos mismos, claro está) para intentar hacer retroceder al gobierno. La desesperación que tienen demuestra que perderán ingentes recursos económicos con los que medraban “luchando por los (eternos) derechos humanos” de los humanos torcidos, los terroristas, porque sin gente procesada se acabó la “fiesta” y el billete. Ahora tendrán que buscar trabajo de verdad.

Es más, uno de los más desatados “castillistas” como el congresista Roberto Sánchez, ha presentado una moción en el congreso para derogar la norma que impulsaron los congresistas Fernando Rospigliosi, José Cueto y Alfredo Azurín, entre otros, que estamos seguros no prosperará. A llorar al río Roberto y compañía.

Pero es necesario aclarar que tanta chilla caviar por esta norma, es para tapar la estrategia soterrada de “amnistiar” de manera silenciosa y sistemática de miles de terroristas (más de 12 mil liberados entre indultos, cumplimientos de condena reducida, entre otros) utilizando su sistema de justicia y político (que hoy sabemos con claridad que dominan) usando las modalidades de como la “comisión de indultos”, “indultos humanitarios” (oponiéndose a otros indultos humanitarios como el del presidente Alberto Fujimori, por ejemplo), “reducción de penas”, “nuevos juicios” y “pronunciamientos” de la CIDH.

En su desesperación, usan sus más malévolos esbirros como RMP, la “abogada cachinera” (como la llamó un fiscal contrario a sus intereses) para hablar de crímenes que no vieron, que no existen evidencias o pruebas, o con solo testimonios, que ahora sabemos, sé obligándolos, induciéndolos, amenazándolos, o sobornándolos, como el caso de la familia de Pedro Huillca, quien al principio dijo que eran de sendero los asesinos de su padre y ahora dicen que fue el Estado. Nunca hablan de la “clandestinidad” en la que estuvieron inmersos y que muchos “desaparecidos” ya aparecieron, pero no dirán nada para que quede la duda. Todas se las saben, pero aquí estamos para aclararlos.

O por qué no nos hablan los defensores de los terroristas, de los más de diez mil miembros de la comunidad indígena Ashaninka y otros, quienes fueron torturados, asesinados y desaparecidos por los senderistas, y que ni siquiera su sacrosanta “Comisión de la verdad” quiso escucharlos y tomar en cuenta sus testimonios. ¿Quiénes son esos criminales libres, porque las ONGs caviares no reclaman los cadáveres de los Ashaninkas, y si de los terroristas a quienes defienden y no del Estado?. No se pasen.

El propio cabecilla terrorista Abimael Guzmán estaba desesperado por conseguir “amnistía” para militares y policías, teniendo como “vocero” incluso a un destartalado y matonesco militar que repetía como loro las consignas que los terroristas excarcelados le enseñaron a balbucear. Pero no, los caviares quieren prisión perpetua para quienes defendieron a la patria y libertad para quienes le declararon la guerra al Perú. Asi no juega Perú. ¡No pasarán!

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