Estaba recordando que hace unos años atrás conversaba con un amigo brasileño sobre lo enrevesada que es la política del Perú. Entre las bromas me dijo: “Yo no entiendo a los políticos peruanos. Son los únicos locos que gastan su dinero en hacer una campaña, para que luego los metan a la cárcel”.
Hoy, sus palabras parecen proféticas. La lista de presidentes que están presos o procesados por temas de corrupción tiene su punto de partida en 1990 en adelante, con las excepciones de Valentín Paniagua y AlanGarcía, quienes como diría mi abuelo “están viendo crecer las lechugas desde abajo”. Creo que solo Valentín no estuvo envuelto en escándalos. Sin embargo, y pese a que la historia reciente muestra que nuestros gobernantes y sus antecesores parecen estar más cerca de la infamia que de la fama, proliferan las ideas de hacer más partidos políticos nuevos.
Muestra de ello, es que si hacemos una consulta con el JNE[1], se puede encontrar que existen 12 partidos inscritos:
1. Acción Popular
2. Avanza País
3. Alianza para el Progreso
4. Fuerza Popular
5. Juntos por el Perú
6. Frente de la Esperanza
7. Partido Patriótico del Perú
8. Partido Morado
9. Perú Libre
10. Podemos Perú
11. Somos Perú
12. Renovación Popular
A ellos se deben sumar 14 partidos más que, según la misma entidad, formalmente están en proceso de inscripción:
1. Coalición Transformadora Tierra Verde
2. Fe en el Perú
3. FREPAP
4. APRA
5. Partido demócrata Verde
6. Perú Unido
7. PRIN
8. Perú Federal
9. Perú Moderno
10. Perú Nación
11. Perú Primero
12. Peruanos Como Tú
13. Primero la Gente
14. Salvemos al Perú
Y junto con ellos los recientemente anunciados: Somos Libres, Libertad Popular, Unidad y Paz. Es decir, que de proceder todas las inscripciones y de no haber tachas maliciosas como las de nuestra última elección, posiblemente en la próxima contienda electoral, la oferta de candidatos será incluso mayor al número de bebidas gaseosas que podemos encontrar en el supermercado.
Como no se puede esperar de otra manera, de 27 opciones que existen en la lista, seguramente el 30% son pantalla de otros movimientos para restar votos a sus oponentes, otro 30% no es más que el fruto del divisionismo y oportunismo de nuestros políticos. Lo restante posiblemente sea medianamente serio y, por tanto, tenga alguna chance de representación, aun cuando nuestros representantes actuales ciertamente están lejos de poder decir que cumplen con dicha función.
Es obvio que en el Perú no hay espacio para 27 planes de gobierno y/o propuestas viables para su mejor desarrollo, por lo que la probabilidad de que los contenidos de las mismas sean muy similares o idénticas es muy alta, lo que únicamente nos demuestra la persistencia innecesaria de egoísmos y caudillismos que no nos han llevado a ninguna parte. Sinceramente, no conozco la orientación política de la mayoría de los partidos nuevos/desconocidos; más si fueran claramente de izquierda ello podría tranquilizarme en mérito a la atomización de sus votos (aunque el vientre de alquiler al que se integre Antauro Humala lleva ventaja). Más si la realidad es que los mismos son del famoso y difuso “centro”, estaremos sirviéndonos más de lo mismo para nuevamente regresar a elegir entre el mal menor; por lo que si la derecha quiere recuperar el poder sería válido que sus líderes recordasen aquel diálogo entre Bolívar y San Martín: “Dos soles no pueden brillar bajo el mismo cielo”.
Tenemos, pues, que los “Partidos Políticos” peruanos solo hacen honor al significado de la palabra Partido, pues son la muestra perfecta del reinante divisionismo y resquebrajamiento de nuestra sociedad. Sus “líderes” emanan a diestra y siniestra la falta de capacidad para el reconocimiento de coincidencias que, junto a sus ínfulas, son la muestra perfecta de la carencia de los méritos necesarios para detentar el poder que tanto añoran, a la par que disfrazan de organizaciones políticas a las que son sus oficinas de gestión para el favorecimiento de intereses personales.
Ya vimos en la última elección cómo la proliferación de propuestas mediocres, sumados al odio y resentimiento reflejados en el “antivoto”, nos han llevado a vivir el que quizá sea el gobierno más incapaz de nuestra historia. Así que vuelvo a repetir lo señalado en mi columna anterior, “quienes no aprenden de su historia están condenados a repetirla”; y si buscamos resultados distintos, debemos dejar de hacer siempre lo mismo.
Tenemos que entender que el Perú NO necesita más partidos. Solo necesita que la gente decente y preparada vuelva a mirar a la política como una oportunidad para la reivindicación y difusión de sus ideales, en comunión con más propuestas de desarrollo integral de la sociedad como Nación, y no como un negocio más del cual vienen sacando “partido” algunos advenedizos y oportunistas con un poco de dinero.
Finalmente, me quedan en la mente las siguientes preguntas: ¿Se han dado cuenta que hay gente/partidos que se presentan como si ya estuvieran en campaña?, ¿Será que hay quienes ya han proyectado/montado un programa electoral “acelerado”? Parafraseando a Hamlet, algo huele mal en el Perú.