InformeDomingo, 25 de junio de 2023
Alerta Económica Total
Tony Tafur
Periodista de El Reporte

La convulsión social, los fenómenos climáticos, la inflación global y más. Todas estas variables vienen influyendo en el despegue de la economía del país. Para explorar todos estos peligros, El Reporte se comunicó con el miembro del Directorio del Banco Central de Reserva del Perú, Diego Macera.

El norte de la economía peruana volvería a tener un giro este último semestre por el reinicio de la violencia. Los mismos colectivos que incendiaron la pradera entre diciembre del 2022 y enero del 2023, después que cayera el golpista Pedro Castillo, han amenazado no solo con darle un batacazo al gobierno desde las regiones sino también desde la misma capital, movida a la que han denominado La Tercera Toma de Lima. Esto podría poner en alerta las proyecciones de mejoría que pueden traducirse en el incremento de la inflación, en la reducción del PBI y más. Incluso a escala internacional la imagen del Perú podría generar nuevos anticuerpos para los ojos de la inversión extranjera. Tanto el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) como el Banco Central de Reserva, tienen sus propios vaticinios y ya vienen tratando de moverse en pared con las máximas autoridades políticas para que el país no sufra un golpe mortal.

En entrevista con El Reporte, el gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera, nos indicó que, aunque estamos bien en “proyecciones de déficit fiscal, volatilidad de tipo de cambio” y más, uno de los problemas radica en las “expectativas de crecimiento”. “Todavía siguen en terreno negativo a tres meses. A 12 meses ya están en positivo. Y eso, lógicamente, pues tiene consecuencias sobre las proyecciones de inversión privada. En el IPE, la estimación es una caída de inversión privada del 5% para este año. En el caso del Banco Central, la estimación es una caída de 2,5%. Y esto es quizá lo más preocupante, porque esto te ralentiza la expansión económica a mediano plazo. Entonces creo que hoy estamos, de manera más clara, pagando la factura de lo que se hizo mal o no se hizo durante el último año y medio”, apuntó.

Diego Macera, miembro del BCRP y gerente general de IPE

En los últimos años, el Perú ha salido mejor parado en el frente económico respecto a nuestros vecinos en la región latinoamericana, como lo dijo en su momento el presidente del BCRP, Julio Velarde. Y es que la gestión del mencionado fue un eje para una estabilidad que fue como una línea paralela frente a la turbulencia político-social. Un botón es el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). La actividad económica nacional en el 2022 se había expandido 2.68%. Por otra parte, el déficit fiscal bajó al 1.6% por, entre otras cosas, el aumento de la recaudación tributaria.

Para el también miembro de la BCRP, Diego Macera, “en términos grandes el Perú, dado los precios del cobre, dado las condiciones macro que tenemos, debería estar en condiciones sin mayor problema de seguir creciendo a tasas de 4% o poco más, hoy sobre todo con un cobre de 3.8 la libra”. Aseguró que la mayoría de los analistas "anticipan que el segundo semestre del año debería ser mejor que el primero". Sin embargo, hizo hincapié en que "los dos riesgos más grandes que tenemos ahorita es uno, inestabilidad política y convulsión social asociada, y el otro es el efecto de los fenómenos climáticos”.

Sobre la crisis generada por la ola de violencia, Perú ya pasó un mal rato. Se llegaron a perder 26 millones de dólares diarios. En el rubro del turismo, por ejemplo, se llegó a la cifra de 600 millones de dólares perdidos. Estar a puertas de la Tercera Toma de Lima no deja otra vez en un margen peligroso.

Atropello contra la estabilidad del país

Por otra parte, Macera aseguró que las autoridades políticas siguen dejando en el limbo distintas reformas importantes en el país. “Hay algunos políticos que en realidad no tienen el mayor interés en hacer esas reformas, más bien al contrario, preferirían que se quede todo en el statu quo porque los grupos de interés a los que están cercanos se benefician de eso”, indicó. Y agregó: “Mientras que los políticos de buena fe que sí tienen algún interés en hacer reformas, a veces uno siente que se dejan vencer fácilmente por un contexto político en el que, claro, es difícil alcanzar consensos, en el que hay normas que van a ser impopulares, en el que hay grupos de interés organizados que pueden presionar. Entonces, claro, lo más fácil es lavarse las manos y decir: no, mejor no me meto. Y a ese ritmo estamos ya 10, 20 años. Estamos sugiriendo lo mismo, dando el mismo diagnóstico y mordiéndonos la cola sin hacer las reformas pendientes”.

También, ya yendo más lejos, dijo que es “bien mediocre estar aspirando a llegar al 3% de crecimiento en el 2024”. “Deberíamos estar pensando en cómo hacemos que en los siguientes años Perú vuelva a acercarse al 4 o 5%. Es difícil que pase para el 2024, pero lo que debemos estar pensando desde el 2023 es cómo sentamos las bases, quiénes van a ser nuestros caballitos de batalla, quiénes van a ser nuestros motores, para volver a crecer las tasas promedio en los últimos 20 años”, apuntó.

En líneas generales, hubo una resistencia económica gracias a variables como la buena política monetaria del BCRP. Sin embargo, ya quedó demostrado que el golpe en las calles puede ser determinante. Además, porque hay crisis paralelas como la del Fenómeno del Niño y hasta la del dengue. Entonces, es muy importante empezar a poner candados a acciones que van a desestabilizar al país y también empezar a mejorar los cuadros para enfrentar a los inevitables remezones de la naturaleza.

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