OpiniónMiércoles, 28 de febrero de 2024
Nadie puede servir a dos señores, por Carlos Polo y María José Corzo
Carlos Polo
Director en RELEASE
María José Corzo
Bachiller de derecho

Cuando se dio a conocer a Nancy Tolentino como la nueva ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) en el gobierno de Dina Boluarte, los progresistas lloraban porque asumiría el cargo una evangélica, activista provida y en contra de la ideología de género. Sin embargo, todo parece haber sido histrionismo. Tolentino ya era uno de ellos desde hacía varios años.

A pesar de haber pertenecido a la comunidad evangélica Camino de Vida, a la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú - UNICEP y al Movimiento Pro Valores liderado por el pastor Claudio Zolla, Tolentino renunció a seguir los mandatos divinos para pasar a imponer los dogmas globalistas del género en el MIMP.

Como era de esperarse, el nuevo credo de la ministra ha generado el rechazo público de muchos miembros de la comunidad evangélica que la han denominado como “la feministra,” decepcionando a sus hermanos al unirse a la “caviarada evangélica.”

En un conversatorio trasmitido por Facebook en vivo quedó muy claro que Tolentino y sus asesores muy cercanos como Tomás Gutiérrez Sánchez, su jefe del Gabinete de Asesores, se presentan falsamente como cristianos evangélicos. Describieron a Tolentino con fuertes expresiones como “sería más coherente que ella se presente como una feminista de género ultra radical” y “es una contradicción flagrante”.Los 4 integrantes del conversatorio rechazaron sentirse representados como evangélicos por estos pseudo cristianos que no defienden ni a las mujeres, ni a los niños y mucho menos a las niñas por nacer.

“A los tibios los vomitaré de mi boca”, reza el libro de la Apocalipsis, pero parece que Tolentino se saltó esa parte de la Biblia porque se quedó callada cuando se le preguntó sobre el caso de los baños trans en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, así como cuando se le preguntó sobre si existía el derecho de los hombres a usar el baño de las mujeres y niñas por su autopercepción de tales y sobre si es que permitir ello no colisionaba con el interés superior del menor.

Asesores del congresista Alejandro Muñante explicaron que cuando Tolentino se presentó en el Congreso este le hizo preguntas por su posición en asuntos de género, pero ella le prometió que si le enviaban una carta respondería por escrito. El 4 de octubre del año pasado se la enviaron, pero increíblemente Tolentino faltó a su promesa con el congresista Muñante y le contestó con un oficio en donde evadió todas las preguntas al no dar ninguna respuesta y diciendo que les hagan esas preguntas a otras entidades públicas.

Como si ello fuera poco, Tolentino también se quedó callada mientras que su hermana evangélica Olga Izquierdo enfrenta una demanda por cuestionar la seguridad de las mujeres y niñas en baños donde pueden entrar hombres, pero al parecer la lección bíblica de Pedro sobre no quedarse callado mientras sus amigos sufren, también se le ha olvidado.

Algo pasó desde que ingresó al MIMP hace más de una década que la hizo cambiar radicalmente. Ya no es más la ferviente activista provida que luchaba contra la matanza de los inocentes niños por nacer en la primera década de siglo, ni la asesora de la congresista Dora Núñez que en 2005 promovió la Ley de Fortalecimiento de la Familia y todas las manifestaciones públicas a favor del derecho a la vida desde la concepción. Ahora se sitúa exactamente en las antípodas ideológicas, apoyando desde el MIMP la ejecución de abortos ilegales bajo la etiqueta de “abortos terapéuticos”.

Por ejemplo, cuando se hizo mediático el Caso Mila, la feministra Tolentino salió a declarar a los medios que sus funcionarios del MIMP habían traído a la niña para restituir los derechos que se le habían negado. Quizás algún distraído pensó que se refería tanto a la vida de Mila como a la de su hijo concebido de 5 meses de gestación, pero el aborto ilegal que se le practicó apenas llegó a Lima dejó en claro que, cual feminista radical pro aborto, Tolentino solo se refería a Mila y no a la vida del concebido; a pesar que como ministra tenía la obligación de velar y proteger ambas vidas tal como lo manda la Constitución artículo 2, inciso 1.

¿Cuál es el ADN ideológico de Tolentino?

Cuando uno revisa la hoja de vida de Tolentino, aparece este párrafo: “Su carrera profesional ha sido enriquecida gracias a becas de estudio en el exterior por USAID-PERÚ, OEA, UNFPA, y recientemente por Eastern University (Saint Davis, PN. USA) y a nivel nacional por la Fundación Ford. Egresada de la Maestría en Política Social con mención en Género, Población y Desarrollo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (2000-2002); con Diploma otorgado por la Universidad de Chile del Postítulo Internacional Interdisciplinario en Población y Desarrollo Sustentable (1997); Diploma de la Universidad de Buenos Aires de la Carrera Interdisciplinaria de Especialización de Post Grado en la Problemática del Uso Indebido de Drogas (1992)”.

Por su parte, José Farfán en el conversatorio citado y haciendo referencia a un Currículum Vitae del 2003, señala que era muy sospechoso que mientras Tolentino participaba de iglesias evangélicas y convocaba a reuniones provida, comienza a viajar a capacitaciones en otros países de la región para institucionalización de género en entidades del Estado. “Literalmente se ha vendido al dinero y a todas estas gollerías que le han dado”, dijo en el minuto 51 de este conversatorio. “Hay correos (electrónicos) que muestran eso y que he podido verlos”.

Es válido entonces preguntarse: ¿Tolentino alguna vez fue evangélica provida y profamilia? ¿O más bien fue una infiltrada para llegar a dónde llegó y hacer la tarea que tanto persiguen todas organizaciones que generosamente la becaron y educaron en género? ¿Mintió siempre o recién cuando le dieron los cargos (y los sueldos correspondientes) que cambiaron sus valores cristianos? ¿Alguna vez fue evangélica de verdad o solo utilizó los recursos de las comunidades cristianas para llegar al poder?

Tolentino ha sido citada para presentarse en los próximos días ante la Comisión de la Mujer del Congreso, en donde se verá cara a cara con los congresistas evangélicos Alejandro Muñante y Milagros Jauregui, los cuales junto a toda la comisión le harán preguntas sobre sus políticas ideológicas que atentan contra las leyes peruanas, tal como la última creación progresista e ilegal del Oficial de Género para la supervisión de la “transversalización del enfoque de género para hacer cumplir y difundir la Ley No. 28983 en las instituciones públicas”.

¿Responderá esta vez o evitará responder una vez más? Ya lo veremos. Será una oportunidad para que Tolentino pueda dar cuenta de su actuación política a través del MIMP.

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